PROVINCIA
Villarcayo y Orbaneja temen una masiva ‘nueva normalidad’
«De ser una llegada puntual en fiestas o Semana Santa ahora será continua a lo largo del verano de gente a la que pedimos sensatez pues el virus sigue ahí»
La ‘nueva normalidad’ ha llegado ya a la provincia burgalesa, en unos casos gota a gota como en el caso de Orbaneja del Castillo, donde sus rincones y calles seguían ayer casi vacíos de visitantes, a los que esperan sobre todo a partir del siguiente fin de semana. Y mientras, avanzando en sus obras de mejora en las que la villa está inmersa desde hace meses. Nada que ver sin embargo, con la situación vivida en Villarcayo, donde una larga caravana de vehículos esperaba en el cruce de El Berrón a que llegara la medianoche, para seguir su camino hacia diferentes puntos de la comarca como fin de destino. «Y dando pistas de lo que creemos que será la tónica habitual que vamos a vivir a lo largo de todo el verano en el mundo rural -y sobre todo nosotros que estamos en los límites con otras regiones-, como va a ser una afluencia moderada pero continua de visitantes hasta otoño», comentaba el alcalde de la villa Adrián Serna.Como detalla, la llegada de gente «comenzó a ser patente ya en la medianoche del sábado al domingo, con lo que desde primera hora de la mañana siguiente podía verse gente por Villarcayo», aseguraba el edil. «A la que sin duda, se sumará la que también se ha acercado a nuestras 26 pedanías, lo que nos hace pensar que eso no ha hecho más que empezar». Con estas palabras resumía ayer Serna las primeras horas de la recién estrenada ‘nueva normalidad’, capítulo final de un estado de alerta decretado por el Gobierno Central el pasado 14 de marzo con el fin de intentar frenar la pandemia del Covid-19 (coronavirus) en todo el país, y que concluye tras varias fases de paulatina desescalada. Alta actividad Villarcayo fue de hecho, una de las localidades que pidieron semanas atrás mayor celeridad a la hora de permitir a las provincias ir reabriendo los establecimientos y espacios públicos, ya que dicha reactivación fue progresiva a lo largo de varias fases a las que no todas llegaron al mismo tiempo. «Porque sabemos que las Merindades va a a ser una de las comarcas burgalesas elegidas por miles de personas para pasar este verano tan atípico, y no podíamos esperar a que todo se abra en julio». Detalla que de hecho la actividad «es ya alta, pues se han reabierto el 75% de los establecimientos de hostelería y de alojamiento así como los comercios, el 100% de los cuales ha reabierto ya», cifra Serna. «Pero está siendo un proceso lento porque pervive cierto miedo al coronavirus», entienden desde la asociación local de comerciantes Acolvi, «por lo que nosotros estamos insistiendo mucho en adoptar todas las medidas que sean necesarias», recalcan, «para que el cliente venga tranquilo». Cierto temor al contagio que como argumenta Serna, «ha llevado por otro lado a muchos ciudadanos a confesar que veranearán en pueblos y segundas viviendas, relegando así viajes de playa y al extranjero, por lo que debemos pedirles también responsabilidad al venir pues el virus sigue estando ahí». Y es que de eso la comarca de Merindades sabe mucho, ya que sólo en el municipio villarcayés los poco más de 4.000 vecinos habituales se convierten en verano en más de 20.000 con la llegada de aquellos con domicilio habitual en el País Vasco, así como los miles de visitantes y turistas que reciben cada temporada. «Algo que evidentemente nos agrada, porque con todos ellos se reactiva la actividad de los comercios y establecimientos, y les damos la bienvenida, pero insistimos en que deben ser responsables por ellos que vienen y por nosotros que ya estamos aquí», reitera Serna. Y es que como advierte, si no es así, dicha multitudinaria afluencia puede suponer un problema serio, "ya que si otros años este volumen vecinal lo tenemos de forma puntual en Semana Santa, Navidad o en verano durante las fiestas, en esta ocasión el flujo va a ser continuo hasta bien entrado el otoño si hace buen tiempo». Augurio que se topa además en esta ocasión, con la complicada situación sanitaria del centro médico prevista para este verano, "ya que a los 2 médicos de baja que hay de los 9 con que se cuenta se une la obligación que la Junta ha impuesto que cojan vacaciones todos ellos y las enfermeras antes de octubre, en previsión ese mes de un posible repunte de coronavirus», informa el alcalde. «Centro que no solamente nos atiende a Villarcayo y sus 26 pedanías sino también a decenas de pueblos de los valles de Manzanedo y de Valdivielso, y que sumara además miles de cartillas de desplazados, lo que nos hace iniciar esta nueva normalidad con cierta incertidumbre», confiesa.Multiplicación poblacional que también destacaba el alcalde de Orbaneja del Castillo Javier Perujo, a pesar de que esta nueva normalidad -tal y como aseguraba-, ha llegado a la conocida villa con tranquilidad, «pues apenas se ve demasiada gente, excepto algunos de la propia provincia que vinieron el viernes», confesaba ayer.Calma que Perujo sabe que precede no a una tempestad pero si a un mayor movimiento de visitantes que seguramente lleguen a la zona el próximo fin de semana, procedentes de las regiones vecinas de Cantabria y el País Vasco. «Pues en julio pasemos de ser 60 vecinos a 400».Cierto relax vecinal de estos primeros días ‘post-estado de alerta’ que se une a la aún escasa apertura de establecimientos en la localidad, «ya que muchos son pequeños -en el caso de los restaurantes con apenas 8 ó 10 mesas- a los que abrir para poder utilizar solamente 3 ó 4 de ellas nos les merecía la pena, así que será estos días cuando los abran al poder hacerlo al completo». Impasse de tranquilidad que asimismo permitirá al Ayuntamiento concluir los trabajos de arreglo de todo el pueblo iniciados meses atrás, y que el coronavirus mantuvo paralizados un mes mientras la empresa que los realiza adecuaba su labor a los protocolos de seguridad ante el coronavirus. «Obras que esperamos acabar en julio pues las canalizaciones y el cambio de servicios se han concluido quedando solo ya el pavimento», detalla