El Correo de Burgos

ESPELEOLOGÍA

Edelweiss vislumbra los actos de su 70 aniversario

Organizará  un programa de charlas mientras Burgos vuelve a convertirse, 10 años después, en sede de una nueva edición de las Jornadas Científicas de Espeleología

El grupo espeleológico Edelweiss vislumbra su 70 aniversario. EDELWEISS

El grupo espeleológico Edelweiss vislumbra su 70 aniversario. EDELWEISS

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MERCHE MARTÍNEZ

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El Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE) sigue trabajando para dar forma al programa de actos y charlas con el fin de conmemorar, en 2021, sus 70 años de historia. Asimismo, Burgos volverá  a convertirse en sede de una nueva edición de las Jornadas Científicas de la Sociedad Española de Espeleología y Ciencias del Karst (Sedeck), como ya lo fue hace una década, cuando se reunieron a algunos de los mejores investigadores del mundo. Programa en el que quieren dar especial protagonismo a los Montes de Valnera (en el límite de Burgos con Cantabria y anexo al conjunto de Ojo Guareña), en el que han centrado gran parte de sus últimas campañas de trabajo, retomando los primeros contactos con este entorno que el grupo iniciaba a finales de los años 70 del pasado siglo. «Es, sin duda, el paisaje kárstico más espectacular en Burgos al contar, entre otras muchas riquezas, con grandes pozos abiertos y concentrar las cavidades de mayor desnivel, pues el 90% de aquéllas que superan los 200 metros de bajada se encuentran en esta zona», señala Miguel Ángel Martín, miembro de este conocido grupo de espeleólogos.Explica que con las charlas quieren dar a conocer este paraje natural y toda su riqueza, «en la que estamos profundizando de cara a elaborar varios artículos y publicaciones vinculados a la zona». Trabajo al que, como explica, se han podido dedicar estos meses en los que el obligado confinamiento a causa de la irrupción del coronavirus les ha impedido continuar con su calendario de salidas y prospecciones en el subsuelo burgalés. «De hecho, no hemos parado sin embargo de seguir trabajando», comenta Martín. Y es que han cambiado las linternas y cuerdas por los miles de datos con que cuentan en su riquísimo archivo, logrado en sus 69 años de trabajo -en solitario y en colaboración con multitud de grupos nacionales e internacionales- con el fin de continuar con la labor de catalogación que, iniciada hace cuatro, ha abierto al público multitud de datos de 2.500 cavidades del subsuelo de la provincia«Vamos avanzando poco a poco porque creemos que son más de 3.000 las que pueden existir en toda la provincia», asegura Martín, quien remarca el interés en lograr aportar toda la información posible en cuanto a la topografía y características de estos espacios tan ricos en todo tipo de informaciones. A través de diferentes funcionalidades, la base de datos de Edelweiss permite buscar y filtrar las cavidades por diferentes variables como la localidad y el municipio de Burgos donde se encuentran, el mayor desarrollo yo desnivel o aquellas con singularidades etnográficas u otras características especiales que las hace relevantes, tales como si su origen es natural o artificial. La mayoría de los registros ya disponen de la ubicación concreta de cada cueva, su plano topográfico, su descripción, las principales singularidades que atesora, así como varias fotografías sobre su localización y morfología y su geolocalización en google maps. «Variada información a la que se suma la referente al colectivo que exploró la cavidad y el año en que fueron desarrollados estos trabajos». De nuevo en Ojo guareñaSin lugar a dudas, una de las áreas favoritas del grupo es Ojo Guareña, cuyos espacios -omnipresentes en los planes de trabajo del grupo desde siempre- visitaron la semana pasada para comprobar el estado de la zona, labor que realizan con asiduidad por todo el mundo subterráneo burgalés porque «no olvidamos que hablamos de la naturaleza, la cual tiene vida propia con o sin coronavirus», comenta el investigador.Y es que, como detalla, si bien a ellos la pandemia les ha impedido estos meses seguir con su pasión investigadora bajo tierra, las precipitaciones tienen especial incidencia en este conocido paraje, en el que hace varios años las fuertes lluvias y deshielos dieron lugar a la inundación de la superficie tras colmatarse el sifón, además de la entrada del agua  con fuerza en el subsuelo por otras cavidades, provocando la aparición de otras al llevarse consigo el agua paredes de algunas de las existentes y datadas por el grupo en sus entradas al lugar décadas atrás.«Sin embargo, esta vez pudimos comprobar que al no haberse producido fuertes riadas como en años anteriores, no se había arrastrado tanto sedimento ni tampoco aparecido nueva cavidades».Al espacio de Ojo Guareña, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en abril de 1970, también se han acercado investigadores de la talla de Ana Isabel Ortega Martínez, quien dirige la intervención iniciada años atrás por encargo de la Junta a la Fundación Atapuerca, con la que Edelweiss colabora habitualmente, centrada en una de las entradas de Ojo Guareña como es la Cavidad Covaneria, donde hace apenas unos días arrancó  la nueva campaña.Incluida en el conjunto que configura el complejo kárstico, Martín explica que Edelweiss ya catalogó la zona en los años 80 del pasado siglo, pero tras conocerse en 2017 que había sido objeto de expolio y volver al lugar a revisar su estado hallando restos humanos esparcidos por dicho espacio, el Gobierno regional decidió llevar a cabo una campaña con el fin de catalogar el yacimiento. «Proyecto en el que continuamos colaborando en este momento», remarca el experto.La campaña del año pasado permitió recuperar un destacado conjunto funerario compuesto por cerca de una veintena de personas, gran parte de ellas niños de menos de 12 años e incluso un bebé. «Hasta ahora, era difícil encontrar restos de menores, pues son más fácilmente destruidos por el paso del tiempo, con lo que el hallazgo de tan alto número de ellos es algo extraordinario», destaca mientras recuerda que la investigación en torno a estos restos sigue desarrollándose de la mano del equipo de Ortega.

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