Los seteros andan mirando al cielo
La campaña micológica en Pinares depende de los próximos días para ser ‘fructífera’. Desde 2015 no se da una campaña abundante en esta zona y los expertos confían en que esta temporada sea excelente «si llegan las lluvias»
La comarca de Pinares es una de las zonas con mayor extensión de toda Europa de bosques de pinos, que es el hábitar en el que nacen muchos de los boletus edulis más valorados en los fogones. Los expertos y los aficionados a la recolección ya esperan con anhelo y cierto nerviosismo el comienzo de esta nueva temporada de la que ya han comenzado a darse las primeras, -pero hasta ahora escasas-, floraciones y que «de llegar algunas tormentas más» podrían procurar una campaña «buena o incluso muy buena», tras cinco años de otoños con campañas «muy pobres».
Para el experto en micología José Cuesta, natural de Canicosa de la Sierra, la campaña de este año dependerá totalmente de las lluvias de los primeros quince días del mes, «de momento, con lo que ha caído hasta ahora no se puede asegurar la temporada. Si caen tormentas podríamos estar hablando de una campaña muy buena», señala Cuesta, recordando la última campaña de Pinares que fue considerada de excelente y que fue en el año 2015, «desde entonces no ha vuelto a darse una temporada de abundancia de Boletus Edulis, solo han salido desde entonces en zonas muy concretas».
En la misma línea de opinión se encuentra el experto en meteorología Agustín Sandoval, pinariego al que desde su cuenta de Twitter @meteoduruelo le siguen 1.900 personas que cada día descubren las temperaturas con las que amanece la zona pinariega y que registra a través de la estación de Meteoclimatic. Sus incondicionales también conocen a través de su cuenta los impresionantes paisajes que se encuentra Sandoval en sus innumerables rutas que realiza casi cada fin de semana a los parajes de esta parte de la provincia.
«Es demasiado pronto para saber si tendremos una campaña buena o no», señala Sandoval, que asegura que «sí ha habido un pequeño brote, por las temperaturas tan otoñales de hace 15 días y las tormentas que este verano que han mantenido la tierra húmeda. Pero esta entrada de aire polar tan fría no es nada buena para la micología. Además, la próxima semana viene seca y el fin de semana será incluso caluroso. Así que aventurar cómo será la campaña es un tanto arriesgado a día de hoy», explica.
Campañas en balde
El chef quintanaro apasionado del mundo de las setas y recolector habitual, Luis Alberto Simón, del restaurante El Cenador, expresa su confianza y optimismo de cara a que esta campaña sea fructífera, ya que «las primavera sido muy húmeda y el monte sigue estando verde. Es la mejor señal para esperar una buena floración de boletus, pero todo dependerá de estas dos próximas semanas y la cantidad de lluvia que caiga en estos montes pinariegos», algo que en su opinión no está acompañando en estas jornadas, «donde se están empezando a dar las primeras heladas. Pero confiemos en que la situación meteorológica revierta».
Desde la última campaña fructífera en esta zona de la provincia han pasado años incluso de campañas inexistentes provocando que en pueblos como Regumiel de la Sierra y Canicosa de la Sierra, -que se estrenaban en 2016 formando parte en el sistema de regulación de la Junta de Castilla y León Micocyl-, no hayan podido comprobar del todo el resultado de pertenecer a un sistema conjunto de control micológico.
En la otra cara de las regulaciones se encuentra el Coto ‘Pinares Sur’, que continuará esta temporada con su regulación propia, como lleva haciéndolo desde hace algunos años con verdadero éxito. Lo componen doce municipios, entre ellos Hontoria del Pinar, Huerta de Rey, Rabanera o Silos, y son pioneros en la comarca serrana en la gestión municipal de su micología. También Neila es otro de los pueblos de esta zona que cuenta desde hace varios años con regulación micológica municipal y además con una valoración bastante positiva.
EL REPERTORIO SETERO DE LOS PINARES EN OTOÑO
RECOLECTORES
. En esta época del año son dos los trofeos más demandados por los recolectores autorizados en los cotos micológicos municipales y los consumidores finales: el boletus y los níscalos. El primero, también conocido, según las zonas, como hongos o boletos es el rey de la cocina por su sabor, la textura de su carne y la multitud de preparaciones que permite. Hay quien pone a la par a la amanita cesárea, pero eso es cuestión de gustos. Son dos de los primeros trofeos del monte en aparecer, especialmente la amanita. Por volumen y tradición, los níscalos, o amízqueles según zonas, son las setas más populares del otoño. Cuando las condiciones son las adecuadas la producción del monte es abundante y permite que los recolectores lleguen a casa con la cesta llena. Esa abundancia favorece su preparación con multitud de recetas, no sólo a la plancha, ya que guisados con patatas y pimiento choricero son excelentes.