EDUCACIÓN
«Disciplina positiva» al servicio de la educación rural
El Ministerio de Agricultura incluye a Magea en su catálogo de ‘Buenas prácticas de emprendimiento de nuevos habitantes’
Acción, reacción y reconocimiento. El primer paso se dio hace siete años, el segundo se ha consolidado progresivamente y el tercero era cuestión de tiempo.
No es la primera vez que Magea Escuela Activa ve recompensado su trabajo desde las instituciones. Sin embargo, el reciente espaldarazo de la Red Rural Nacional supone una «oportunidad maravillosa» para desmontar el tópico de que se ofrece mejor formación en la ciudad.
Bajo esa perspectiva, el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) no ha dudado en incluir este «innovador» proyecto educativo, plenamente asentado en Castrillo del Val, dentro de su catálogo de Buenas prácticas de emprendimiento de nuevos habitantes.
«Recibimos la noticia con mucha ilusión y sorpresa», confiesa Arantxa Arroyo, jefa de estudios y maestra vocacional de un centro capaz de poner en valor «la pequeña ratio, el agrupamiento multinivel y el contacto con la naturaleza» frente a la visión urbanita que percibe esta serie de características como una «carencia».
Su candidatura, seleccionada tras varias entrevistas y cuestionarios previos, es la única reconocida de toda Castilla y León junto Granja Pepín de Alba de Cerrato (Palencia).
A la hora de valorar su propuesta, se tuvo muy en cuenta el hecho de que la directora, Ibone Valerdi, decidiese afincarse en Santa Cruz del Valle Urbión.
Natural de Bilbao, atrajo además a los dos hermanos de su pareja. Con tres jóvenes familias instaladas en este pequeño municipio que no alcanza el centenar de habitantes, se buscaba un efecto llamada que va creciendo poco a poco.
Con tres jóvenes familias instaladas en este pequeño municipio que no alcanza el centenar de habitantes, se buscaba un efecto llamada que va creciendo poco a poco
De momento, la mayoría de los peques que acuden a Magea provienen de la capital. No obstante, Arroyo está al tanto de que «hay familias que, por traslado laboral, lo que tienen en cuenta a la hora de elegir Burgos es tener plaza en nuestra escuela».
En este sentido, la Red Rural Nacional constata en su dossier que «se trata de un proyecto referente en educación que además está facilitando la llegada de nuevos habitantes».
El principal motivo, tal y como se recoge en el documento, reside en que el modelo impulsado por Arroyo, Ibone y Lorena Valerdi se nutre de «los pilares de la neuroeducación y el currículum oficial de Castilla y León a través de los principios y recursos de la pedagogía activa».
El principal motivo, tal y como se recoge en el documento, reside en que el modelo impulsado por Arroyo, Ibone y Lorena Valerdi se nutre de «los pilares de la neuroeducación y el currículum oficial de Castilla y León a través de los principios y recursos de la pedagogía activa»
Aparte de favorecer el desarrollo integral de las niñas y niños potenciando su talento en función de sus necesidades, uno de los principales objetivos de Magea es exportar su metodología a través de formaciones de «disciplina positiva».
Obviamente, «para pasar de un modelo jerárquico en el que el docente manda todo lo que hay que hacer a uno en el que el alumno es más protagonista de su aprendizaje tiene que haber una transición», apunta Arroyo a sabiendas de que un cambio de tal magnitud «no se puede hacer de la noche a la mañana».
En cualquier caso, cada vez más docentes recurren a sus enseñanzas -antes de manera presencial, ahora online por la pandemia- y varios centros, tanto públicos como privados, ya tratan de ponerlas en práctica.
En cualquier caso, cada vez más docentes recurren a sus enseñanzas -antes de manera presencial, ahora online por la pandemia- y varios centros, tanto públicos como privados, ya tratan de ponerlas en práctica
«Lo potente y lo difícil de la disciplina positiva es que parte de un cambio personal de los docentes para establecer relaciones más transversales». Solo así, apunta la jefa de estudios, se puede apreciar que un «mal comportamiento» obedece en el fondo a «una necesidad de contribución no satisfecha».
Una vez realizado dicho análisis, lo primordial es «acompañar las emociones, ver cómo funciona el cerebro de un niño» y determinar «qué es lo que necesita» en cada momento. Partiendo de esta base, sin pretender «pasar del blanco al negro de repente»,
Magea decidió registrar su método para difundirlo en cualquier centro que apueste por la pedagogía activa. «Es nuestra manera de contribuir a la sociedad», sentencia Arroyo convencida de que una propuesta de tal calado «debería estar en la educación pública a todos los niveles».
Sin brotes en el «Paraíso»
La abrupta llegada del Covid-19 trastocó los planes de todo el mundo. En un abrir y cerrar de ojos, las clases se suspendieron y la educación telemática se impuso. Adaptarse a las nuevas tecnologías no fue sencillo para el equipo directivo de Magea, pues «son un recurso más pero no algo que esté a la orden del día».
Aún con todo, el confinamiento supuso un «proceso de aprendizaje y de construcción con las familias», que cada semana rellenaban un cuestionario para «darnos feedbak de qué mejoras creían que podíamos hacer».
Con buena cara pese al mal tiempo, las tutorías y la enseñanza personalizada se mantuvieron a la orden del día gracias a la reorganización de horarios y el desarrollo de iniciativas grupales al otro lado de la pantalla.
Y aunque «la innovación y la metodología no van tanto a las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) sino más en tocar lo que es de verdad», lo cierto es que la experiencia ha sido bastante satisfactoria en términos generales.
Y aunque «la innovación y la metodología no van tanto a las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) sino más en tocar lo que es de verdad»
Retomada la actividad presencial, la escuela se ha convertido en un «pequeño paraíso» gracias a la limitación de aforo (23 plazas este curso) y los 3.600 metros cuadrados de terreno natural que brindan una «fuente de recursos inagotables con la que trabajar muchos contenidos curriculares y también la educación en valores».
Hasta la fecha, la escuela no ha registrado ningún positivo por coronavirus, aunque «sí hemos tenido peques confinados por contacto estrecho que seguían la clase online».
El gran cambio, precisa Arroyo, no solo reside en las mascarillas y el cumplimiento escrupuloso de los protocolos de prevención sanitaria.
Al tratarse de un modelo «muy manipulativo», los materiales se tienen que desinfectar cada vez que un niño los utiliza para que el resto de sus compañeros puedan hacer lo propio a continuación. Por si las moscas, las docentes dedicaron además «todo el verano a elaborar materiales que se pudiesen llevar a casa en caso de confinamiento».