El Correo de Burgos

HÉCTOR IBÁÑEZ / GERENTE DE ADRI LA RIBERA

«La reducción de impuestos es clave para solucionar el problema de la España vaciada»

Acaban de ser galardonados con el Premio Castilla y León de Valores Humanos y Sociales, que otorga la administración regional

Héctor Ibáñez, gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Ribera del Duero Burgalesa. L. V.

Héctor Ibáñez, gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Ribera del Duero Burgalesa. L. V.

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Aranda

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Pregunta- ¿Cómo ha cambiado la Ribera en estos años?

Respuesta- Bueno, ha habido varios retos, algunas crisis pero la Ribera ha destacado siempre por ser inquieta y dinámica. Las asociaciones tiran y empujan y es una zona bastante buena para trabajar. Tiene todo lo necesario para ir a más.

P.- ¿Qué factores son determinantes para el futuro de los pueblos?

R.- La Sanidad es importantísima tanto en Aranda, donde todos contamos los días para que se abra el nuevo hospital, como en los centros de salud de los pueblos donde faltan refuerzos, pero hay otras cuestiones como una A-11 que por falta de voluntad no avanza; la circunvalación de Aranda, que parece que va mejor; o una fibra que poco a poco comienza a llegar.

Aun así, seguimos con muchos pueblos con problemas de comunicación, incluso de red móvil. De educación no hablo porque creo que tenemos la suerte de contar con extraordinarios profesionales.

P.- ¿La fibra óptica abre puertas?

R.- No es que abra puertas es que a día de hoy es un mínimo necesario. No es una ventaja, es una desventaja contra la que estamos luchando.

P.- Si pudiera priorizar entre las muchas soluciones al mundo rural, ¿cuál elegiría?

R.- La reducción de impuestos. Si las administraciones aprobasen un tipo de presura para las empresas y familias que apuesten por los pueblos, el problema de la llamada España Vaciada, se resolvería a medio plazo, pero no hay voluntad real porque las ventajas fiscales existen desde la Edad Media. No hay interés.

P.- ¿Qué se puede hacer?

R.- Ya lo estamos haciendo: reivindicar y no conformarnos. Los políticos tienen que tomar conciencia de que tenemos el derecho a vivir en los pueblos.

En este sentido, hay que recordar que en Castilla y León prácticamente una de cada dos personas viven en poblaciones de menos de 20.000 habitantes. Eso quiere decir que uno de cada dos vivimos en municipios pequeños.  ¿Por qué nos tenemos que conformar con menos servicios que cualquier otro ciudadano?

P.- ¿Cómo resolvería el problema de la falta de servicios?

R.- Una de las soluciones sería establecer una red de transporte público en toda la comarca. No es fácil pero daría un empuje importante. Por otro lado, tenemos que acabar con la idea de que vivir en una ciudad es dar un paso adelante. Todo tiene sus ventajas. Si no, todos terminaríamos hacinándonos en un mismo territorio.

P.- La única parte positiva de esta terrible pandemia es que ha servido para que mucha «gente de ciudad» se plantee una vida distinta, en un pueblo.

R.- Ribera tiene muchísimas ventajas para todo el que quiera venir. Estamos en un cruce de caminos, tenemos vías de comunicación para conectar con grandes ciudades como Madrid, Burgos, Valladolid… y sobre todo, tenemos calidad de vida.

P.- ¿Qué ventajas tiene vivir en un pueblo?

R.- ¿La principal? El tiempo. Vives con más tiempo. Luego está el entorno, mucho menos contaminado, así como la cercanía de las personas y que ¡siempre aparcas en la puerta! (ríe).

P.- ¿Vivir en un pueblo depende de servicios o es una forma de entender la vida?

R.- Es una forma de vivir y por eso no es para todo el mundo. Yo, desde luego, aquí encuentro calidad de vida. Vivo más tranquilo y seguro.

P.- Tras hablar con muchos alcaldes, siempre extraemos la misma conclusión. Luchamos contra la despoblación pero el enemigo lo tenemos en casa con la falta de viviendas en alquiler o a la venta.

R.- Es difícil aunque depende de zonas. En el oeste de la comarca hay más facilidad que en el este, pero sí es un problema.

P.- ¿En qué punto se encuentra la evolución de la población en la Ribera?

R.- Según las estadísticas del INE, hemos llegado a un punto de estancamiento en el que puede haber momentos de subida y bajada y en ello trabajamos, en reforzar todas las fortalezas que tenemos, empezando por el vino que tira muchísimo, pero sin olvidar otros aspectos determinantes como la industria del tercer núcleo industrial de Castilla y León o la localización geográfica, entre otras.

P.- Hablando de localización, la ubicación es innegable pero las infraestructuras son otro cantar. Sin tren a Madrid y con una A-11 que lleva más de veinte años de retraso.

R.- Es una pena porque tanto el tren como la A-11 son infraestructuras que necesitamos para progresar.

P.- Desde que se fundó en 1996 una de las primeras funciones del ADRI es gestionar los fondos europeos de desarrollo.

R.- Sí, son muy importantes pero también trabajamos en otros ámbitos como el voluntariado, proyectos de infraestructuras turísticas, senderos, vías ferratas o iniciativas para profesionalizar el sector turístico de la zona.

P.- El último paquete de fondos europeos correspondía al periodo comprendido entre los años 2014 y 2020. ¿Cómo se ha cerrado el ciclo?

R.- Bueno, hasta el 31 de diciembre de este año pueden seguir entrando proyectos. Por ahora hemos superado el centenar para una asignación de casi tres millones de euros.

Cuando termine ese plazo, creo que van a llegar fondos supletorios hasta que se abra un nuevo periodo.

P.- ¿Cómo ve el futuro?

R.- Esperanzador. Aquí hay muchas ganas de vivir con la calidad que nos dan los pueblos.

 

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