El Correo de Burgos

BALANCE

Más de 100 mujeres necesitan protección en Aranda y la Ribera

Las denuncias por violencia de género bajaron en 2020 un 18% en la capital ribereña

El comisario, José Joaquín Goma, junto a la agente
especializada, Inés. L. V.

El comisario, José Joaquín Goma, junto a la agente especializada, Inés. L. V.

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Aranda

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Aunque las denuncias bajaron en 2020 un 18% en Aranda de Duero, lo cierto es que la lacra de la violencia de género sigue patente con 113 mujeres protegidas a día de hoy en la comarca de la Ribera.

La mayor parte, 101 casos, se concentran en Aranda de Duero, mientras que en la comarca la cifra baja de forma notable hasta los 12.

La mayor parte, 101 casos, se concentran en Aranda de Duero, mientras que en la comarca la cifra baja de forma notable hasta los 12

Los 113 totales incluyen tanto las 88 mujeres que denunciaron en 2020 como las que se presentaron con anterioridad pero siguen siendo objeto de seguimiento y atención policial, independientemente de la fecha de su denuncia. 

«Hay víctimas cuya orden de protección dura cinco años», aseguran desde la Subdelegación de Gobierno donde recuerdan que no todas las denuncias realizadas conllevan una orden de protección.

En los casos de riesgo medio, alto o extremo, la protección de estas mujeres depende de la Unidad de la familia de la Policía Nacional (un grupo formado en Aranda por cuatro agentes), y para los casos de riesgo no apreciado y bajo, cuentan además con la ayuda de la Policía Local, pero ¿qué diferencia hay en la protección en función del grado decretado por el juez?

Según explican, en riesgo alto y extremo, la Policía Nacional está pendiente de la víctima las 24 horas del día. «Si se mueve nos avisa», asegura Inés, una de las agentes especializadas. Por otro lado, las catalogadas como riesgo bajo tienen un seguimiento semanal.

«Como Aranda es un sitio pequeño, normalmente pasamos por todos los domicilios», detalla la agente de un departamento que asume las tareas de investigación y protección.

En Aranda, 38 casos están catalogados como riesgo no apreciado, 52 riesgo bajo y 11 riesgo medio mientras que en la comarca, de los 12 casos activos, cinco están catalogados como riesgo no apreciado, seis bajo y una con riesgo medio. A día de hoy, afortunadamente no hay ninguna en riesgo alto o extremo.

En Aranda, 38 casos están catalogados como riesgo no apreciado, 52 riesgo bajo y 11 riesgo medio mientras que en la comarca, de los 12 casos activos, cinco están catalogados como riesgo no apreciado, seis bajo y una con riesgo medio

Desde la unidad de Familia, vigilan en cualquier caso, de cerca. «Estamos muy pendientes porque por cualquier cosa, el riesgo puede subir y pasar de bajo a medio o de medio a alto», explica Inés, al recordar que el barómetro viene fijado en el programa VioGén, del Ministerio del Interior.

Al ser Aranda de Duero una ciudad pequeña, insiste José Joaquín Goma, es importante que los agresores tomen conciencia, para no romper los límites establecidos en la orden de alejamiento.

«Si coinciden en una calle tiene que cruzar y si se encuentran en el cine, en un bar o en cualquier otro sitio, él se tiene que ir porque cometería un nuevo delito», advierte a sabiendas de que en algunos casos, «cada vez menos», algunas víctimas «perdonan a sus agresores y les dejan volver a casa». «Ella en ese caso no hace bien pero no comete un delito. Él sí».

En datos, con 33.175 personas censadas y 113 casos activos en este momento en el programa VioGén, el 0,34% de la población arandina sufre violencia de género.

Entrados en análisis, el número de víctimas extranjeras iguala al de españolas. En cambio, los agresores son un 57% españoles y un 43%, extranjeros. Juntos suman 113 violentos y 113 víctimas.

En cambio, los agresores son un 57% españoles y un 43%, extranjeros. Juntos suman 113 violentos y 113 víctimas

Sin embargo, si extrapolamos estas cifras al total poblacional de Aranda de Duero, donde los extranjeros representan casi el 12% de la población total, el porcentaje de víctimas nacidas fuera de España se eleva al 1,5% (del total de extranjeros) frente a las víctimas nacionales cuyo porcentaje baja al 0.19%.

Por franjas de edad, casi el 50% de las víctimas y de los agresores se encuentran entre los 31 y los 45 años, seguidos de la población comprendida entre los 46 y los 64 años, con un 24%, y como tercer grupo de edad, entre 18 y 30 años, con un 22%.

En menores de edad, se han registrado tres víctimas pero ningún agresor y respecto a los mayores de 65, hay dos víctimas y cuatro agresores.

Hay que aclarar que la violencia de género solo afecta a mujeres víctimas de hombres. Si no hay prevalencia de sexo se entiende como violencia doméstica. Ahí entrarían los menores víctimas, los hombres víctimas o un maltrato entre hija y madre.

Por nacionalidades de víctimas, 56 eran españolas, 15 rumanas, ocho  hondureñas, siete búlgaras y siete colombianas; cuatro de Brasil, cuatro de Paraguay, dos de Marruecos, dos de Argelia, dos de Ecuador, dos de El Salvador y una de Guinea Ecuatorial, de Bolivia y de Portugal.

De los agresores, 64 eran españoles, 17 rumanos, 6 de Bulgaria, 6 de Honduras, 6 de Marruecos, 3 de Colombia, 3 de Ecuador y 3 de República Dominicana.

Aunque no hay datos comarcales de las víctimas con menores a cargo, a fecha del 31 de marzo de 2021, el 37,6% de mujeres víctimas de violencia de género en la provincia de Burgos tenía hijos menores a su cargo (225 de las 599 víctimas totales de la provincia).

Aunque no hay datos comarcales de las víctimas con menores a cargo, a fecha del 31 de marzo de 2021, el 37,6% de mujeres víctimas de violencia de género en la provincia de Burgos tenía hijos menores a su carg

«Es un dato que se ha mantenido estable a lo largo de 2021 con un 37,5% en enero, un 37,8% en febrero y un 37,6% en marzo», informan desde la Subdelegación de Gobierno.

Denuncias

Tanto en Aranda como en Burgos, Miranda de Ebro, Briviesca, Salas de los Infantes y Villarcayo, las denuncias por violencia de género bajaron durante la pandemia en el año 2020, informa el Consejo General del Poder Judicial.

En la capital ribereña, el descenso fue del 18% al pasar de 107 denuncias en 2019 a 88 (incluidas denuncias de víctimas y tramitadas de oficio).

En Burgos, se pasó de 572 a 511 mientras que en Miranda de Ebro se redujeron de 92 a 89; en Briviesca, de 43 a 30; en Villarcayo, de 35 a 29; en Lerma, de 15 a 14, y en Salas de los Infantes, de 12 a 7 casos.

Según explican los expertos, detrás de este retroceso están los meses en los que no se pudo salir y los hombres no entraban en conflicto al tener «el control» sobre la mujer.  «El hecho de que haya una sola, en cualquier franja de riesgo, denota que algo falla en la sociedad», afirma el comisario de la Policía Nacional de Aranda, José Joaquín Goma.

 

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