El Correo de Burgos

CURSO DE VERANO / PRENSA Y PODER

Albert Rivera pide en Aranda un plan nacional contra la despoblación

El exlíder de Cs inaugura la octava edición del Curso de Prensa y Poder San Gabriel

El fundador de Ciudadanos en su intervención ayer en La Aguilera donde fue presentado por Jose Ignacio Delgado . L. VELÁZQUEZ

El fundador de Ciudadanos en su intervención ayer en La Aguilera donde fue presentado por Jose Ignacio Delgado . L. VELÁZQUEZ

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LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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Tras meses de silencio, Albert Rivera fue el encargado ayer de inaugurar el Curso Prensa y Poder de San Gabriel. Aunque el tema principal era el emprendimiento, el ex líder de Ciudadanos reservó parte del tiempo a resaltar la necesidad de aprobar un plan nacional contra la despoblación, con medidas fiscales que beneficien a los muchos que sí quieren vivir en el mundo rural.  

En su opinión, junto a la reivindicada descarga impositiva, España tiene «una gran oportunidad» con los fondos europeos, pero «siempre que no terminen en saco roto o en saco de algún listo». «Me niego a pensar que (la despoblación) es una tendencia global. Se puede combatir con medidas fiscales y por eso necesitamos un plan nacional contra la despoblación», apremia, al recordar que en el caso de Castilla y León, en los últimos diez ha perdido el 10% de su población.

«Uno tiene que saber marcharse; tiene que saber no echarse de menos a sí mismo»

Él lo tiene claro: «La gente no se va de su pueblo porque no le guste si no porque no hay empleo o servicios que sí tienen en otros sitios de España como la conexión 5G». Entrados en materia y ante la difícil situación de Comunidades como Castilla y León o Castilla La Mancha, Rivera pide «medidas excepcionales» en estas regiones contra un problema de despoblación que ya ha reconocido Europa.

La novena edición del Curso Prensa y Poder de San Gabriel  comenzó ayer con un alegato en favor del emprendimiento y de las empresas que, «pese a las trabas burocráticas e impuestos», sustentan el país.

Rivera fue presentado ante el público por el procurador de Cs y exalcalde de Caleruega José Ignacio Delgado. Fundó el partido de Ciudadanos y lo dirigió hasta que un día después del debacle electoral de 2019 decidió abandonar la política para volver a la vida civil, donde actualmente ejerce en el despacho de abogados Martínez Echevarría; basó el 99% de su discurso en ensalzar el emprendimiento, a través de la educación y la innovación.

«La empresa es mi lugar; la abogacía es donde quiero apostar y ahí voy a aportar mi granito de arena»

Rivera hizo balance de su paso por la política y reafirmó el acierto de haberla dejado a tiempo. «Uno tiene que saber marcharse; tiene que saber no echarse de menos a sí mismo», apuntó convencido de que tomó la decisión en consonancia con sus valores y por «mi país, mi partido y mi familia». 

Aunque admite que la decisión «no fue fácil», el catalán zanja cualquier duda sobre una posible vuelta a la política. «La empresa es mi lugar; la abogacía es donde quiero apostar y ahí voy a aportar mi granito de arena».

En su opinión, aunque el Gobierno de Pedro Sánchez da pasos «en sentido contrario», España tiene una gran oportunidad de crecer sin complejos, sin envidias; con talento. «Necesitamos gente joven que quiera ser emprendedor», urge con la mirada puesta en el sistema educativo como punto de origen. «Está muy bien tener buenos funcionarios pero para sostener la caja de la seguridad social hay que apoyar a los trabajadores, hay que flexibilizar el sistema», apremia preocupado por la contra-reforma laboral del gobierno. «Si los empresarios pierden antes de empezar tres a cero, no salen al campo».

Para él, es vital proteger a los trabajadores pero también a los empresarios para que las trabas, obstáculos e impuestos no les impidan dar forma a un proyecto viable.

«Si la envidia supera a la admiración seremos un país de envidia. Hay que mirar a la gente sin complejos y retribuir a los que aportan a la sociedad»

Como nieto e hijo de autónomos, Rivera relató su intento de montar una empresa propia de venta de gafas, cuando era joven. «Yo estaba muy ilusionado pero mi padre me aconsejó que hiciera las cuentas y con la carga impositiva no salían», subraya convencido de que las trabas burocráticas, los costes sociales y alto nivel de impuestos limitan muchas iniciativas que podrían funcionar y generar empleo.

Por otro lado, el expolítico puso también el acento en la resistencia al cambio de un país que peca de falta de «autoestima» y a veces,  de «empuje». Como solución, propone apostar por una educación que potencie el emprendimiento desde los primeros cursos.

«No hay que tener miedo al talento; hay que tener miedo a la mediocridad»

«Desde luego la solución no pasa por una Ley Celaá que ataca el sistema concertado», rechaza molesto con un gobierno de izquierdas que se dedica a demonizar y criminalizar a los empresarios. «Si la envidia supera a la admiración seremos un país de envidia. Hay que mirar a la gente sin complejos y retribuir a los que aportan a la sociedad», concluye, a sabiendas de que la ley socialista «saca pecho por la mediocridad».

Bajo esta perspectiva, aunque la financiación bancaria «es necesaria», aboga por apostar por otras alternativas como los fondos de inversión, los mecenazgos o las que dependen de la legislación y la fiscalización. «En un mundo global hay que hacer los deberes para no depender de una subvención del Estado. No hay que tener miedo al talento; hay que tener miedo a la mediocridad», resuelve.

Como responsable de la coordinación del curso estival San Gabriel, el periodista, Graciano Palomo, destaca la relevancia de una iniciativa que comenzó a andar hace nueve años y que se ha convertido en una de las «referencias básicas a nivel nacional». A sabiendas del daño que ha ocasionado la pandemia, la presentación reservó el primer minuto a recordar a las 128.000 personas que no han podido superar esta enfermedad.

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