TROTABURGOS / PANCORBO
La puerta de Castilla
Este municipio situado a 66 kilómetros de la ciudad de Burgos en el entorno de los Montes Obarenes, puede presumir de haber sido una pieza clave en la historia de Castilla durante la Edad Media debido a su localización
Situado al norte de la provincia de Burgos, este municipio de menos de un millar de habitantes pertenece a la comarca del Valle del Ebro. Rodeada por el maravilloso entorno natural de los Montes Obarenes, la localidad se encuentra atravesada por el río Oroncillo, moldeador de su profundo desfiladero. Pancorbo es considerado un importante cruce de caminos desde tiempos remotos ya que conforma el paso natural entre el País Vasco y la meseta castellana.En lo que respecta a la etimología del nombre de la villa, en el año 883 aparece por primera vez en el Cronicón Albeldense con el nombre de Pontecorbum, dada la construcción que se encontraba a la entrada del pueblo.Aunque en el entorno de Pancorbo existen yacimientos prerromanos, es en época romana cuando el pueblo comienza a destacar puesto que por el Desfiladero de Pancorbo transcurre la Vía Aquitana, también conocida como Calzada de Bayona, utilizada desde el siglo X como una de las vías secundarias del camino de peregrinación a Santiago de Compostela.En la Alta Edad Media y desde su incorporación al primitivo condado castellano a finales del siglo IX, Pancorbo se convirtió en una de las fortalezas claves de la historia de Castilla. Así, sufrió numerosos ataques de las tropas musulmanas. El monarca Alfonso VII le otorgó un fuero en 1147, alcanzando la villa cierta prosperidad gracias a la actividad comercial de una colonia de judíos allí establecidos.Tres siglos después, la localidad se definía como una de las cinco villas de la Hermandad de Álava junto con Vitoria, Miranda de Ebro, Sajazarra y Salvatierra, aunque finalmente se desgajaron tanto Pancorbo como Miranda de Ebro. Durante la Guerra de la Independencia, Napoleón tomó posesión de los fuertes de Pancorbo pero el 30 de junio de 1813 el destacamento francés del fuerte de Santa Engracia se vio obligado a rendirse ante la tropa española. Dada su larga historia, no son pocos los lugares de interés que la villa alberga. En lo que se refiere a su patrimonio histórico-artístico, cabe señalar la Fortaleza de Santa Engracia y el Castillo de Santa Marta. La primera data de finales del siglo XVIII y es el mayor recinto fortificado de esta época en Burgos. Compuesta por varios fuertes, almacenes, aljibes, cuevas y otras dependencias, desde su ubicación se controlaba el paso del desfiladero, las tierras burenabanas y el valle del Ebro. Lamentablemente, en 1835 los carlistas destruyeron lo poco que quedaba de ella.Entre la Fortaleza de Santa Engracia y el casco urbano de Pancorbo, sobre la antigua judería, se conservan los restos del antiguo Castillo de Santa Marta, contruido por el conde Diego Porcelos en el siglo IX y más conocido por los pancorbinos como ‘La Sala’. La villa de Pancorbo aún conserva parte de su antiguo trazado medieval, con calles estrechas y empinadas. Las casas son de entramado de madera y yeso, típicas de la arquitectura popoular. Además, todavía quedan algunas casas solariegas de familias como los Loyola, los Salazar o los Urruelda. En lo que respecta a la arquitectura religiosa del pueblo, cabe mencionar la Iglesia de Santiago. Este templo del siglo XVI fue levantado sobre otro anterior románico y hoy alberga un bonito museo con pinturas, esculturas y grabados de artistas de la zona. Por otra parte, la Iglesia de San Nicolás, construida en el siglo XVIII en estilo neoclásico, es actualmente la parroquia del pueblo.Por otra parte y tratando un pueblo como Pancorbo, uno no puede olvidarse de su maravilloso patrimonio natural constituido principalmente por los Montes Obarenes y su renombrado desfiladero. El espacio natural de los Montes Obarenes-San Zardonil comprende las sierras de Oña, la Llana, Pancorbo, Arcena y los propios Montes Obarenes. Este enclave se caracteriza por la variedad de su fauna, con especies como el corzo, el jabalí, el águila real, el buitre, la nutria y el lobo. Uno de los pocos pasos franqueables de estos montes lo constituye el estrecho y alargado desfiladero de Pancorbo. Este ha sido un camino obligado para todos los pueblos que, desde la antiguedad, pasaban por Europa para dirigirse a la península ibérica. No en vano el pueblo de Pancorbo es conocido como la Puerta de Castilla. Es precisamente aquí donde se hallan las dos ermitas de la villa: la del Santo Cristo de Barrio es románica mientras que la Ermita de la Virgen del Camino llama la atención por su curioso campanario, construido sobre una roca. Con un entorno de tales características, son numerosas las actividades al aire libre que este pueblo ofrece al visitante; desde senderismo, escalada, ciclismo de montaña, equitación, hasta ornitología para los amantes de las aves.