Los vecinos de Mazuela se unen para salvar su iglesia

«David contra Goliat, Mazuela contra el vacío». Así es como comienza la descripción de esta iniciativa, que comenzó el pasado 28 de julio, en su página web.

Y es que este es, desde luego, un proyecto de gran envergadura e importancia para el pequeño pueblo burgalés de Mazuela, de poco más de 50 habitantes.

La Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir es para los cazoleros (habitantes de Mazuela) su gran tesoro, uno que lleva siglos formando parte del pueblo y que actualmente se encuentra muy deteriorado.

Así, los vecinos se han propuesto evitar que desaparezca ante sus ojos la que es «su principal seña de identidad».

Así, los vecinos se han propuesto evitar que desaparezca ante sus ojos la que es «su principal seña de identidad».

La iglesia es grandiosa en dimensiones y arquitectura, especialmente teniendo en cuenta el pueblecito al que pertenece. Sus primeros elementos de construcción se enmarcan en el siglo XIV y en su interior el edificio se muestra como un templo renacentista, con partes gótico tardías.

Destaca por encima de todo su retablo mayor, obra del artista Simón de Bueras y de su hermano a principios del siglo XVII. Cabe señalar igualmente un púlpito de piedra con relieves geométricos policromados y la escalinata que sube al coro, ambos atribuidos a Juan de Vallejo.

«Yo había oído hablar del 'crowfounding' y empecé a investigar un poco y vi que Hispania Nostra estaba especialiada en patrimonio. Coincidió además que había una campaña de 'crowfounding' en la provincia de Burgos así que me puse en contacto con los responsables».

Hable también con el párroco de la iglesia y las personas que habían hecho trabajos allí para que me explicaran las necesidades del templo y así poquito a poco fui configurando la página web», explica María del Mar Valdivielso, vecina de Mazuela y promotora del proyecto.

El deterioro más acusado es el de la bóveda lateral, donde ya han comenzado las obras ya que existía peligro de desplome.

Las nervaduras de las columnas, donde la piedra caliza se ha ido estropeando; las paredes desconchadas y con goteras; el coro y la puerta principal son otros de los elementos que necesitan ser restaurados.

El deterioro más acusado es el de la bóveda lateral, donde ya han comenzado las obras ya que existía peligro de desplome.

De este modo, se ha establecido para el proyecto un mínimo y un máximo a nivel económico. «Con el mínimo de 10.000 euros se cubrirían los trabajos de la bóveda», comenta Valdivielso, que explica que aunque se haya marcado un objetivo máximo de 40.000 euros, se podría emplear mucho más dinero en el templo dadas las condiciones en las que se encuentra.

Las ayudas a este iniciativa se materializan a través de donaciones. Estas pueden realizarse mediante transferencias, pago-online o incluso la entrega en mano al párroco de la iglesia para los vecinos del pueblo o personas a las que les resulte más sencillo. Las donaciones cuentan con una desgravación fiscal de hasta el 80%.

Además, para incentivar las donaciones e impulsar el proyecto, los cazoleros han preparado una serie de recompensas que varían según los importes pero que pueden ir desde el obsequio de unos dulces típicos de la zona, una invitación a una merienda en las bodegas de Mazuela o una estancia de fin de semana en la casa de algún vecino.

Además, para incentivar las donaciones e impulsar el proyecto, los cazoleros han preparado una serie de recompensas.

Por el momento, la campaña  que empezó hace tan solo unos días y finalizará el 6 de septiembre ha recaudado ya unos 2500 euros, lo que supone alrededor de un 25% de su objetivo mínimo. «Yo todo lo que se pueda recaudar bienvenido sea», dice María del Mar, que defiende que esta es una iniciativa coral, en la que todo el pueblo está volcado dado el amor que le tienen al templo.

Desde luego, esta es una iniciativa valiente de una villa que no olvida su historia y lucha por mantenerla para poder legársela a sus descendientes.

Enlace a la web de micromecenazgo de Hispania Nostra.