La Policía da por controlados los altercados de la calle Hospicio
La presencia policial se mantendrá durante los próximos meses / Alertan de la proliferación de los delitos relacionados con las estafas telemáticas
Tras un mes de julio especialmente difícil en la calle Hospicio, en el que llegó a ser raro el fin de semana en el que no se producían peleas o altercados, la Policía Nacional de Aranda de Duero da por controlado el problema.Según explica el comisario jefe de la Policía Nacional en Aranda, José Joaquín Goma, desde que se intensificó la presencia policial, con el apoyo de la Policía Local, los enfrentamientos y reyertas han ido a menos. «La presencia policial se mantendrá en el tiempo», advierte consciente de que parte de la tranquilidad se debe a la obligación de cerrar los bares y discotecas a las 1:30 horas. Dicho esto, el jefe de la Policía Nacional hace un llamamiento a los dueños de los establecimientos a los que recuerda que es su obligación mantener el orden dentro de sus locales. Por ello, insiste en que en los casos en los que haga falta es recomendable la contratación de personal de seguridad profesional, «no de amigos o familiares» que pueden agravar la situación.Lo cierto es que en el mes de julio las peleas fueron casi continúas los fines de semana. Muchas fueron grabadas en vídeo por vecinos que están muy hartos y por los dueños de los establecimientos que, aseguran, solo quieren trabajar en paz. Así ocurrió el pasado 18 de julio, cuando quince días después de que la Policía Nacional detuviese a siete personas e identificase a otras 18, por haber participado en varias peleas, volvieron a esta calle las patadas y puñetazos. Pese a la dureza de las imágenes, nadie presentó denuncia. El jefe de la Policía Nacional puntualiza eso sí, que el problema se da en una determinada calle no en un barrio «trabajador y próspero».BotellonesEn líneas generales, asegura, Aranda de Duero es una «ciudad con orden y ordenada». «La población es trabajadora, mantiene niveles educativos y todo eso ayuda mucho», analiza a sabiendas de que los problemas suelen ser «juveniles» o coyunturales en época de vacaciones y en algunos casos, con el horario de cierre de bares y discotecas. «Ahora cuesta un poco más porque estamos en agosto y hay mucha gente».Aunque los botellones, otro de los problemas de la ciudad, normalmente se ubican en las inmediaciones del río; preocupa sobre todo el de la calle Barrionuevo donde coincide demasiado cerca con los vecinos, que han llegado a crear incluso una plataforma ciudadana por un centro digno. «En cuanto aparecemos se dispersan pero se sigue concentrando mucha gente», señala consciente de la dificultad que ello supone en la lucha contra la pandemia sanitaria. «Confiamos en que con la llegada del frío se acabe».Estafas telemáticasPero, cuáles son los principales delitos que ocupan a la Policía Nacional de Aranda de Duero. Según Goma, los mayores delitos tienen relación con las estafas telemáticas. »No es una ciudad de robos con intimidación, agresiones sexuales o delitos graves pero sí vemos muchas estafas vía online ante las que conviene estar atentos».De vez en cuando, avisa, llegan estafadores itinerantes, bien en forma de estafa del gas o los conocidos `cogoteros´, que con cualquier pretexto engañan a pie del cajero a una víctima que, por lo general, se entera después de que ha sido robado.«Por ejemplo, te dicen que tienes una mancha en la cazadora y cuando te la quitas aprovechan para desvalijarte», detalla mientras deja claro que estas actuaciones son excepcionales, no permanentes. «La última vez ocurrió en junio. Pudimos pillarles infraganti porque la víctima se dio cuenta y tuvo la sangre fría de llamarnos mientras la perseguían».En las últimas semanas, avisa, se han producido estafas con la excusa de la luz. «Llegan a tu casa asegurando que te van a cambiar el contador por uno inteligente; luego trastean sin hacer nada y te piden 50 o 60 euros», señala al recordar que ninguna compañía eléctrica o de gas pide dinero en el domicilio.«Si hay que pagar algo te lo meten en la factura». Por ello, el consejo es claro: «si se abre la puerta de casa hay que tener mucho ojo y nunca pagar nada».