TOROS / FIESTAS DE ARANDA
Manuel Escribano impone su poder frente a los Miura en Aranda
Dos orejas para el sevillano frente a una variada y compleja corrida de Zahariche / Vuelta al ruedo para Esau Fernández
Dos años después la cubierta arandina abrió sus puertas para celebrar un festejo taurino que tuvo tintes históricos por la presencia de una ganadería legendaria: Miura. El hierro de zahariche hacia más de una década que no pisaba una plaza burgalesa.
Y mucho más que no se anunciaba a orillas de la Ribera del Duero en Aranda. Oda a la Tauromaquia en Aranda con una corrida de Miura para abrir ciclo en honor a la Virgen de Las Viñas y para que Aranda volviera a oler a toros y toreros. Miura embarcó una corrida muy propia de la casa.
En el tipo clásico de la ganadería. Largos ejemplares, con hueso, amplias mazorcas, de severa cuna, altos, abiertos de sienes y hechuras. Variados de capas y estilos. Corrida de distintas edades y aviso estilo. Dura de manos y complejos comportamientos.
En el tipo clásico de la ganadería. Largos ejemplares, con hueso, amplias mazorcas, de severa cuna, altos, abiertos de sienes y hechuras
La maestría de Manuel Escribano sobresalió en Aranda. Un torero en plenitud y en sazón. Un despliegue lidiado, de notables recursos técnicos y unas sutiles manos para extender un tipo de toro y animal tan particular como es el de Miura.
Tarea nada fácil que en manos de Manuel Escribano resulta maestría pura. Un gusto. Una sabiduría que olía a orfebrería fina.
Le cortó una oreja al primero tras una faena de exposición y expresión, ganando la acción a su oponente a base de colocación y temple. Buena estocada. El poso de los toreros cuajados. Otra oreja cortó del cuarto tras otra labor plena de entrega, con un tercio de banderillas soberbio. Plenitud de Escribano frente a los Miuras.
Le cortó una oreja al primero tras una faena de exposición y expresión, ganando la acción a su oponente a base de colocación y temple
Joaquín Galdos tenía que pasar el fieltro de estoquear una corrida de Miura, hierro no habitual en su temporada. Ganadería de códigos específicos y exigencias que el peruano trató de superar con ambición y una carga abundante de técnica y precisión.
Toque fuerte y firmeza de piernas fueron las consignas para afrontar la tarde frente a sus dos toros de Miura. Se mostró desconfiado frente al primero de su lote, toro con el que el que debutaba frente a Miura. Hubo division de opiniones.
El sevillano Esau Fernández puso oficio con sus dos oponentes. Por delante sorteo un toro de buena condición sobre ambos lados frente al que compuso una faena ligada y decidida que no tuvo refrendo con la espada. Dio una vuelta al ruedo tras leve petición. El quinto tuvo muy buena condición y el sevillano le trató con limpieza en una labor emborronada por el descabello.