TROTABURGOS / OÑA
Cuna y germen de Castilla
Fray Pedro Ponce de León inventó a mediados del siglo XVI el lenguaje dactilológico en el monasterio de San Salvador
A los pies de los montes Orbarenes, regada por las aguas del río Oca, entre las comarcas de la Bureba y las Merindades, se encuentra la localidad burgalesa de Oña.
Habiendo sido testigo y partícipe de numerosas migraciones y ocupaciones del territorio, y a expensas del hallazgo de varios restos paleolíticos en la zona, Oña nace para la historia en el siglo VIII.
Fue entonces cuando, siendo uno de los principales accesos más estratégicos a los territorios del Norte, Oña se presentó a las gentes y pobladores de aquel tiempo como un fortificado baluarte.
En el año 950 el conde Fernán González concedió al territorio sus primeros privilegios, los cuales serían ratificados posteriormente por otros tantos personajes ilustres, entre los que destaca el monarca Alfonso VIII, que dotó al municipio de una enorme potencialidad de desarrollo a partir de la concesión de unos importantes fueros, así como de la exención del pago de impuestos.
En el año 950 el conde Fernán González concedió al territorio sus primeros privilegios, los cuales serían ratificados posteriormente por otros tantos personajes ilustres, entre los que destaca el monarca Alfonso VIII
Tras la época de Alfonso VIII Oña tuvo un enorme crecimiento industrial, económico y comercial, lo que la convirtió en un importante foco de atracción para la comunidad judía.
Con el transcurso de los años, la localidad burgalesa fue creciendo de manera paulatina gracias a la anexión de diversos territorios, tales como Tamayo, Villanueva de los Montes o Castellanos; entre otros.
Durante el siglo XX el municipio contó con una estación de ferrocarril perteneciente a la línea Santander-Mediterráneo. Las vías estuvieron operativas desde 1929 hasta 1985. Así bien, tras la suspensión de su actividad se decidió reacondicionar el espacio y convertirlo en una vía verde.
En este sentido, la vía verde Santander-Mediterráneo se extiende durante casi 100 km, lo que la convierte en una de las mas largas de España.
En este sentido, la vía verde Santander-Mediterráneo se extiende durante casi 100 km, lo que la convierte en una de las mas largas de España
Entre tanto, Oña pertenece, junto a los municipios de Frías y Poza de la sal, a la mancomunidad Raíces de Castilla desde el año 1997.
De este modo, esta unión entre territorios se creó con el objetivo de potenciar el sector turístico de estos tres núcleos poblaciones bajo la promoción de unas señas de identidad comunes . Entendiendo como tal el entorno natural, el patrimonio cultural y el entramado medieval de sus cascos urbanos.
Entre todos sus bienes y riquezas, los onienses exhiben el Monasterio de San Salvador con un orgullo especial.
Víctima de diversas desavenencias y conflictos, el monasterio es también fuente y refugio de varias obras de arte y así como prueba y origen de múltiples hazañas históricas. Se piensa que fue en este espacio donde el monje benedictino Fray Pedro Ponce de León inventó a mediados del siglo XVI el lenguaje dactilológico.
Víctima de diversas desavenencias y conflictos, el monasterio es también fuente y refugio de varias obras de arte y así como prueba y origen de múltiples hazañas históricas
Paralelamente, en la plaza del Ayuntamiento se localiza la Iglesia de San Juan Bautista, levantada entre los siglos XII al XVI. Junto a ella se alza la torre de San Juan, en cuyo interior se encuentra el Museo de la Resina, que pretende acercar al visitante al desaparecido oficio de resinero.
Entre tanto, el pueblo oferta al visitante la posibilidad de trasladarse al medioevo a partir de un paseo por la parte más antigua del pueblo.
En lo que al plano natural refiere, Oña ofrece al visitante la posibilidad de evadirse de los ajetreos cotidianos a través de un paseo por el desfiladero del río Oca, que dispone de iluminación nocturna para disfrutar de él a cualquier hora del día.
Oña, tierra de labranza y tradiciones, además de ofrecer una extensa variedad de actividades ociosas y culturales, ofrece a los visitantes diversos establecimientos hosteleros para el disfrute de la gastronomía oniense tradicional.
Con todo ello, durante la visita a esta pequeña localidad burgalesa, los foráneos disfrutarán de una experiencia completa e imposible de olvidar .