El Correo de Burgos

La pedagogía de Andrés Manjón no se olvida

Sargentes de la Lora, pueblo natal del sacerdote y pedagogo, ultima los preparativos para la celebración del centenario de su muerte, con los que busca recordar sus enseñanzas  

Sargentes de la Lora, pueblo natal del sacerdote y pedagogo, ultima los preparativos para la celebración del centenario de su muerte. ICAL

Sargentes de la Lora, pueblo natal del sacerdote y pedagogo, ultima los preparativos para la celebración del centenario de su muerte. ICAL

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“La educación tiene que ser gratuita y todos tenemos que tener derecho a ella”. Este es un pilar fundamental de la pedagogía manjoniana, el método de enseñanza que durante años el sacerdote y pedagogo Andrés Manjón impulsó tanto en Granada como en su pueblo natal, Sargentes de la Lora (Burgos). Este mes de julio, la localidad burgalesa inicia los actos de conmemoración del primer centenario de su muerte, que tuvo lugar en julio de 1923. Durante un año, Sargentes organizará talleres, charlas y presentaciones de libros, entre otros actos, con el fin de poner en valor la figura de Andrés Manjón y darle el reconocimiento que merece por el trabajo que llevó a cabo durante años. “Fue una persona totalmente altruista, con una humildad fuera de lo común”, resume a la agencia Ical el alcalde de Sargentes, Carlos Gallo. En esa humildad cree el edil que reside el desconocimiento que hay por parte de la población burgalesa de la figura de este importante pedagogo.El 30 de noviembre de 1846, Sargentes de la Lora dio la bienvenida a uno de sus vecinos “más ilustres”, Andrés Manjón, cuya infancia se desarrolló en esta localidad de la comarca de Páramos. La escuela del pueblo fue el primer lugar donde aprendió, un lugar que solo estaba destinado a niños. Su tío Domingo y su madre Sebastiana fueron claves en su educación, ya que pronto vieron en él “cualidades y empuje intelectual”, y lograron sacarlo adelante. Tras cursar sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Burgos y después en el de San Jerónimo, abrió en Valladolid una escuela de enseñanza secundaria, que tuvo que cerrar poco después por falta de alumnos. Logra por oposición su plaza de catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela, y poco después es destinado a Granada, ciudad que le recuerda con cariño por todo lo que allí llevó a cabo. Fue allí donde inició su proyecto de fundación de las Escuelas del Ave María, y donde creó la primera escuela manjoniana. “En aquel momento en Granada había mucha población que no estudiaba porque no había medios para ello. Don Andrés educa jugando. A través de esos juegos hace que la educación sea amena, atractiva, no cause distracción y consiga que los niños más necesitados tengan una educación”, explica Gallo. Manjón identificaba la educación “como un derecho común a todos”. A la hora de crear la segunda escuela, “se acuerda de su pueblo y de su madre”, tal y como apunta el alcalde, y pone en marcha una escuela para niñas, en una casa cercana a la iglesia. Sus escuelas se regían por una serie de principios, entre los que destacan la importancia de educar a los niños desde muy pequeños, y la primera educadora del niño debe ser la madre. Por ello defendía la necesidad de educar muy bien a la mujer. Algo impensable en aquellos años. “Desde Sargentes creemos que es un adelantado a su tiempo, por poner en valor ese punto femenino de nuestras vidas. En sus escritos dice que nacemos de nuestra madre y nuestros primeros años estaremos directamente vinculados a ella. Por ello, es la mujer la que tiene que tener una educación y una cultura por encima de todo”, señala Carlos Gallo. Un pensamiento que en un principio le costó “un disgusto”, según explican desde su pueblo. A partir de ese momento Sargentes contó con dos escuelas, una para niños y otro solo para niñas. “Acudían niñas de todas las comarcas, incluso de Cantabria”, afirma Gallo. A principios del siglo XX, Manjón había logrado implantar escuelas del Ave María en 36 provincias españolas, y a lo largo de su vida lograron abrirse 400 escuelas bajo su metodología. “Todo lo que conseguía, lo invertía en educación, escuelas...etcétera”.CentenarioEl 10 de julio de 1923 don Andrés Manjón falleció en Granada, y el próximo año se cumplen cien años de su muerte. Por ello, desde Sargentes de la Lora quieren recordar su figura con una serie de actos que comienzan el próximo 9 de julio. Ese día, el pistoletazo de salida lo dará un videomapping que se proyectará sobre la fachada del colegio que él puso en marcha allí. Tras acabar, la fachada quedará iluminada, “como edificio emblemático del municipio”, según resume el alcalde. Los actos continuarán con la presentación de varios libros escritos por el cura de Sargentes, don Joaquín, sobre la vida y obra de Andrés Manjón. “Ha sacado a la venta tres libros sobre su vida. Sobre sus publicaciones, sus cartas, sus itinerarios…”. Estos se presentarán oficialmente en el pueblo, para dar a conocer más su historia y que la gente pueda adquirirlos. También tienen pensado llevar a cabo este verano una serie de talleres para los más pequeños, con el fin de que conozcan la metodología que él utilizaba en sus escuelas y que vean cómo se estudiaba en aquellos años. Conferencias y un itinerario por los sitios más singulares que Manjón visitó se suman a este cartel de actividades que se llevarán a cabo entre 2022 y el próximo 10 de julio de 2023. Asimismo, están trabajando con la Universidad de Burgos para llevar a cabo algún evento sobre la figura pedagógica de este sacerdote. Además, les gustaría reformar la plaza del pueblo, e incluir una escultura más grande de Manjón, para que se recuerde en el pueblo su obra. Por último, el alcalde señala que la “guinda del pastel” de estas celebraciones sería conseguir en estos dos años la beatificación de don Andrés, que se presentó en 1968. En 2020, la Congregación para las Causas de los Santos promulgó un decreto en el que se reconocían sus “virtudes heroicas”. “Sería todo un honor contar con su beatificación en su centenario. Ahora lo están estudiando desde el Vaticano y son ellos los que tienen que decidir si se hace o no. Creo que es cosa de poco tiempo”, concluyó Carlos Gallo.

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