TROTABURGOS
Castrillo de la Reina: una joya natural basada en tradiciones
Dentro de la Sierra de la Demanda, Castrillo de la Reina es un pueblo a menos de una hora de Burgos que conserva fósiles y huellas de dinosaurios en sus necrópolis
A 60 kilómetros de Burgos nos topamos con esta villa de tradiciones arraigadas. Castrillo de la Reina pertenece a la comarca de Sierra de la Demanda, partido judicial de Salas de los Infantes, pueblo que tiene a tan solo cinco minutos. Se encuentra en el sureste de la provincia burgalesa y cuenta con 172 habitantes.
La mayoría de sus vecinos poseen edades avanzadas lo que provoca que hayan dejado sus oficios como ganaderos y agricultores, sobre todo, de cáñamo y lino. Su población activa es escasa y trabaja en las localidades cercanas. Junto con Salas de los infantes, Hacinas y Concejo de Arriba forma la Hermandad Junta de Ledanías, terrenos compartidos en propiedad que poseen ciertos aprovechamientos exclusivos para los residentes de cada villa. También, desde 2017, forma parte de la Mancomunidad Alta Sierra de Pinares.
Pequeños grupos de pobladores que se asentaron allí fueron dejando su presencia en las diferentes necrópolis, Santiuste en un claro ejemplo. Resulta ser un asentamiento religioso y funerario que aglutina un conjunto de tumbas antropomorfas cerca de lo que podría haber sido una vivienda de la época. Ligada a esta necrópolis se observa la Covacha de Santiuste, una iglesia semi-rupestre con el ábside excavado en la roca arenisca. Además, otra necrópolis a destacar es la que los lugareños conocen como Alto de la Muela, una pequeña elevación en el límite del pueblo coronada por la ermita de Santa Ana.
Un entorno en el que se han encontrado restos fósiles y huellas de dinosaurios, que han provocado que desde 2010 el árbol fósil de ‘Matalaguna’ esté protegido y sea visitable. Según los expertos es el mejor conservado de Europa, tiene 16 metros de largo y una antigüedad de 120 millones de años. Para llegar a él, es tan fácil como coger un camino desde la iglesia y dar un paseo de apenas 3 kilómetros.
Este municipio se divide en cuatro barrios, del Corralejo, del Losar, del Umbriazo y de la Solana.
La primera mención documental fue en 1126, en un escrito relacionado con Santo Domingo de Silos, en concreto se le mencionaba como ‘Castriello’. Otro aspecto temporal a recordar es la estación del ferrocarril, activa hasta 1984, perteneciente a la línea Santander-Mediterraneo.
Desde hace varias décadas, durante el mes de agosto, este pueblo se vuelca en la representación teatral de Los 7 Infantes de Lara. Obra basada en el texto ‘El Bastardo Mudarra’ de Lope de Vega. Narra la traición que Ruy Velázquez, un caballero castellano de la época del conde García Fernández, comete contra sus sobrinos, los 7 infantes de Salas o Lara. La trigésima edición de esta obra se ha celebrado con éxito donde siempre lo ha hecho, en el atrio de la vetusta iglesia del pueblo. Actividad que permite disfrutar del mundo rural, conocer su historia, deleitarse con sus gentes y descubrir sus increíbles paisajes.
Sin duda alguna, el mejor momento para regocijarse en Castrillo es a finales de diciembre, de la mano de sus fiestas patronales de San Esteban. Concretamente en esta festividad, del 25 al 28, se mantienen los trajes típicos de la Sierra de la Demanda con los que se acicalan sus vecinos.