Uno de cada tres juicios penales de arandinos en Burgos se suspende

Pongamos como ejemplo el juicio penal que Luis Briones, como abogado, tuvo hace unos días en Burgos. El detenido estaba ingresado en un hospital y aunque el letrado solicitó la suspensión, no hubo forma. Los siete testigos más los abogados tuvieron que trasladarse de Aranda de Duero a Burgos capital, esperar su turno y aguardar pacientemente hasta que el juez, nada más recibirles, suspendió la sesión. “Al final perdemos mucho tiempo y dinero”, asegura el abogado.

Consciente de que no es un hecho puntual y que uno de cada tres juicios penales de causas arandinas se suspenden en Burgos; Briones, ya como procurador socialista en las Cortes de Castilla y León, pide a la Junta que apoye la creación de un juzgado penal en Aranda. Hasta que eso sea posible, urge al Tribunal a autorizar la sala digital que hay habilitada en el juzgado arandino para que la puedan utilizar y evitar así traslados innecesarios.

La solución definitiva pasa, en su opinión, por la creación de un juzgado penal en Aranda de Duero, una reivindicación largamente demandada. “Hay casos suficientes para ello”, argumenta al recordar que cada uno de los 50 abogados que hay en Aranda, atienden en torno a diez asuntos penales al cabo del año.

Por otro lado y convencido de que es una necesidad “imperiosa”, el procurador socialista recupera, en una Proposición No de Ley, una vieja demanda: el tercer juzgado de primera instancia e instrucción para Aranda de Duero. Aunque la iniciativa siempre había contado con el respaldo de la Junta de Castilla y León, este año, por primera vez,  la administración regional ha borrado a Aranda de la lista de necesidades en su informe jurídico. “No se entiende”, rechaza Luis Briones.

Y es que, mientras la Junta prioriza nuevos juzgados en Salamanca, Segovia y León y deja fuera el tercer juzgado de Aranda, el Tribunal Superior de Justicia pide en su informe nuevos órganos en Ávila, Palencia, Salamanca, Soria, Valladolid y Aranda. “No entendemos el motivo de la Junta”, lamenta consciente de que si ya era difícil conseguirlo cuando “todos estábamos de acuerdo”, más todavía lo es ahora con la renuncia de la Junta de Castilla y León.

Él lo tiene claro: “Los jueces no pueden más”. “Se están colapsando los juzgados porque tenemos bastantes más casos que en la etapa prepandémica”, advierte.