TROTABURGOS
Bañuelos de Bureba. En el corazón de Las Lomas de Burgos
Situado en un vallejo de esta zona de La Bureba, Bañuelos vive entre la tranquilidad rural y la actividad cultural de la Escuela-Museo que homenajea al maestro Antoni Benaiges
Al sur de la extensa y heterogénea comarca de La Bureba se encuentran Las Lomas, una vasta zona de tierra inhóspita donde sus habitantes han tenido que sobrevivir a los fuertes vientos que la peinan, las aguas duras de sus manantiales y la aspereza de unas temperaturas que oscilan entre fríos y calores extremos. Entre los pueblos que salpican este territorio dedicado mayoritariamente al cultivo de trigo, cebada y girasol, está Bañuelos de Bureba. Esta localidad se encuentra a 8 kilómetros de Briviesca por la carretera BU-710, vía que como una acequia en el desierto atraviesa Las Lomas desde la capital burebana hasta Belorado.
El pueblo está en plena vía romana de Italia a Hispania, un camino que recorre toda la península procedente de Milán. Una figura sobresaliente de los anales del pueblo es Baltasar Temiño de Bañuelos (c. 1530-1600), fundador e importante personaje en la historia de la villa minera de Zacatecas, ciudad mexicana con la que Bañuelos está hermanada.
En esta aldea viven veinte personas regularmente y, como en todo el Burgos rural, su población aumenta exponencialmente en los meses de verano hasta cerca de la centena. Su superficie limita con los municipios de Briviesca, Carrias, Quintanaloranco y Castil de Carrias y son varios los arroyos que cruzan su caserío con su rumor tímido y secreto. Uno de ellos es el Bañuelos -Bannuellos en el siglo XII- o Pecezorios, cuyo recorrido rasga la comarca desaguando en el río Tirón. El otro arroyo que pasa por Bañuelos es el río de Fuentemoros o de los Linares.
Estas arterias de agua, que antaño dieron del beber al ganado de la localidad, se ven alimentadas también por los tres manantiales que hay en Bañuelos: la fuente de la Torre, Fuentrujana y la de Hontanilla, todas en la zona baja de un pueblo que se articula por tres calles que surcan Bañuelos de este a oeste: la calle Mayor, en el vallejo; la calle Santa María, en la ladera de la colina; y la calle de la Iglesia, en la parte alta y que desemboca en el templo parroquial.
La iglesia de Santa María es una construcción gótica con modificaciones posteriores, como la espadaña y portada barroca que da al sur. El retablo mayor es de estilo barroco-rococó de 1787. Hay otros laterales y destaca el del brazo derecho de estilo renacentista con esculturas de notable calidad. Junto al templo se encuentra el cementerio municipal.
El patrón de la localidad es el abad san Esteban, de los mártires de Cardeña, que se celebra el 7 de agosto. A finales del mismo mes se celebran las fiestas de Acción de Gracias, pasado el tiempo de cosecha y con la época estival terminando.
La Escuela-Museo
Si por algo ha sido noticia en los últimos años Bañuelos de Bureba es por la recuperación de su Escuela -llevada a cabo por el ayuntamiento de la localidad- y la reivindicación del maestro Antoni Benaiges, que ejerció la docencia durante dos cursos antes de ser asesinado en los albores de la Guerra Civil por pistoleros del bando sublevado. Desde 2012, la asociación local Escuela Benaiges ha promovido el descubrimiento de esta figura, su labor pedagógica basada en la técnica Freinet y su importante implicación política en la defensa de los valores promovidos por la República.
En pocos años, la casa donde estaba el aula de enseñanza y la vivienda del maestro -situada al final de la calle Mayor- ha pasado de ser un edificio olvidado y casi en ruina a mudar en un espacio museístico donde difundir la impronta que dejó este docente tarraconense en la localidad y en sus alumnos. Objetos originales de la época como la pizarra, algunos libros de Benaiges o la estufa que aliviaba el frío de los largos inviernos acompañan a otros donados o adquiridos por la asociación como pupitres, mapas o un gramófono traído desde Francia, muy similar al que tanto gustaba escuchar a niños y mayores del pueblo en la década de los 30 del siglo XX. Cabe destacar una pequeña imprenta, traída desde México, una herramienta semejante a la que utilizó el maestro para hacer una serie de hermosos cuadernillos donde los niños y las niñas de la Escuela relataban experiencias diarias, episodios curiosos o capítulos especiales de sus biografías. Unos escritos de vida que guardan para siempre su memoria.
La Escuela, además de ‘in situ’, se puede visitar a través del sitio web de Museos Vivos. El interés que ha despertado la figura de Antoni Benaiges se hace patente con la cantidad de eventos y productos culturales que ha generado en los últimos años: libros, exposiciones, charlas, documentales, temas musicales... En este momento hay una obra de teatro en gira, una película en rodaje y un cómic recién publicado. Qué mejor que acercarse a Bañuelos para disfrutar de su paisaje, sus gentes y conocer de cerca la historia de este maestro y sus alumnos en la misma casa donde todos soñaron un día con ver juntos el mar.