PINARES
Vilviestre del Pinar. Tierra de setas y de calabazas gigantes
Dos ejemplares de 83,5 y 61,5 kg se han recogido en el huerto de María Lara y Pepe
El clima de la comarca de Pinares no es que digamos muy amigo de los huertos y sus frutos, aunque sí lo sea por otra parte, -como si la naturaleza lo hubiese hecho en parte para compensar-, de setas y hongos en los extensos montes de esta zona de la provincia.
Aún así, en Vilviestre del Pinar se ha echado un órdago a esas noches frías pinariegas que acaban habitualmente con parte de la cosecha y se ha logrado algo bastante peculiar que nunca antes se había recolectado en este pueblo: dos calabazas gigantes de 83,5 y 61,5 kilogramos.
Estos dos ejemplares se han recogido en el huerto de los vilviestrinos María Lara Gutiérrez y Pepe de Rioja, un matrimonio que desde hace unos años, “desde la jubilación de mi marido Pepe hace unos cuatro o cinco años” tienen huerto, pero no uno cualquiera. Uno que parece tener la clave para producir grandes piezas, ya que «también se ha recolectado este verano tomates de más de un kilo trescientos gramos».
El destino de estas dos calabazas gigantes y del resto de cosecha será los fogones de la casa de María Lara, gran cocinera de todos los frutos que da su huerto donde cultivan además pimientos, tomates, berenjenas, lechugas, membrillos… Sobre todo irán a parar estas calabazas a la repostería, “a bizcocho y a magdalenas que es lo que más rico sale».
Pero estas calabazas tienen incluso historia, ya que fue en Arnedo (La Rioja) donde María y Pepe, junto con otras dos parejas, vieron en un bar una calabaza gigante expuesta. «Entramos, nos tomamos algo, y le dije al dueño que si podía darme algunas semillas. Yo no pensaba que no podría, pero no lo dudó y le abrió un cuadradito y sacó unas cuantas que repartimos entre las tres parejas que estábamos. También una de ellas ha conseguido recolectar hace unas semanas otra calabaza aquí en Vilviestre de otros 80 kilos», explica María Lara.
Dice María que esta afición por pedir semillas allá donde ve algún producto de calidad le viene de sus padres, «ellos tuvieron huerto toda la vida y me enseñaron a cultivarlo y a buscar buenas semillas. Los tomates que he sacado de más de un kilo, por ejemplo, son de semillas que encontré en un viaje que hice en Zaragoza. Siempre que veo algo llamativo cojo simiente».
Sin duda, un huerto el de María Lara y Pepe que destaca en esta localidad serrana y que al que le queda todavía de dar muchos frutos y gigantes sorpresas.