La Navidad con el lechazo más caro (y escaso) de la historia. ¿Por qué se va a multiplicar el precio?

El lechazo es uno de los platos estrella de la Navidad. Sin embargo, comprarlo este año está siendo más difícil que nunca. No solo es más complicado encontrarlo, también ha subido de precio, pero ¿por qué?

La respuesta está en primer lugar en el campo. “Es tan difícil encontrar lechazo porque cada vez hay menos ganaderos”, advierte desde Paradilla 143, Eduardo Abad, convencido de que sin mano de obra que quiera trabajar, los ganaderos van poco a poco quitándose. “La vida aquí es dura, es un oficio de todos los días que no entiende de descansos ni de fines de semana y mucho menos de vacaciones. Sin nadie que quiera trabajar y con la población envejecida no hay relevo generacional”.

La pandemia, en su opinión, no ha tenido nada que ver. “El problema principal es la sociedad de ahora, es un trabajo que no está adaptado al modo actual de vivir”.

A la dificultad de encontrar trabajadores se une una burocracia cada vez más exigente y tediosa. “Estamos siendo víctimas de un abuso por parte de las instituciones”, asegura con la mirada puesta en continúas normas, castigos y penalizaciones.

Y aunque algunos ganaderos reclaman más ayudas, Eduardo pone el acento en la importancia de valorar y reconocer un producto de alta calidad como el lechazo Churro. “Es un producto diferenciado que no es para todos los días, como tampoco lo es el bogavante y hay que estar dispuesto a pagarlo”.

Y aquí llega la tercera causa del declive del lechazo de calidad: la “hipocresía” de un consumidor que sobre el papel defiende el bienestar animal y la vida en el medio rural pero que en la carnicería o en la mesa del restaurante tiene más en cuenta el precio. “No tiene nada que ver el lechazo Churro con lo que llega importado”.

En cuanto al precio, que ha subido en torno al 20%, el ganadero recuerda que es lo que han subido muchos productos.