Ribera
Así se logra una beca de Amancio Ortega para estudiar en el extranjero gratis
Dos arandinas logran entrar en el selecto grupo de los 400 elegidos. Han competido con 10.600 alumnos de toda España
Enviar a un hijo a estudiar un año a Canadá o a Estados Unidos supera con creces los 25.000 euros, pero las familias de Ángela García Romero y Laura Benito Martos no pagarán nada. Estas dos arandinas de 15 años han logrado una beca de la Fundación Amancio Ortega para estudiar 1º de Bachiller en el extranjero, y así lo han conseguido.
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Todo comenzó en verano de 2022, antes de empezar su actual 4º de la ESO. Aunque las dos se conocían desde la guardería y eran amigas en el colegio Vera Cruz, al llegar a la ESO cada una siguió un camino diferente. Ángela en el instituto Vela Zanetti y Laura en el Sandoval y Rojas. “Es alucinante que nos hayan cogido a las dos”, celebra Ángela, consciente de que han competido con 11.000 alumnos de todo el país.
A la hora de apuntarse hay que esperar a que la Fundación Amancio Ortega abra el plazo de recepción de solicitudes. “Suele ser en verano, en agosto”, apunta Laura. La primera fase es, aseguran, relativamente sencilla. Hay que rellenar un formulario, poner datos y la renta de los padres y pasar un examen de inglés, que ambas hicieron en Valladolid.
Superado el primer corte llega la segunda fase: una entrevista personal, un formulario con más preguntas y un video que tienes que mandar presentándote en inglés. Pasados unos días llega la ansiada lista de los 400 elegidos. “En la primera había creo 10.600 aspirantes y en la segunda 1.600. La verdad es que todavía no me lo creo”, apunta Laura.
No son las primeras arandinas en participar. Tras superar las pruebas el año pasado, en estos momentos hay dos alumnos del instituto Sandoval y Rojas, Tania y Asier, que viven esta experiencia única.
El destino no lo eligen. A Ángela le ha tocado la costa oeste de Canadá mientras que Laura irá a Estados Unidos, aunque todavía desconoce la ciudad. Ambas vivirán allí con una de las familias voluntarias. “A la hora de juntarnos tienen en cuenta nuestras preferencias para que encajemos mejor”, explica Laura.
La beca lo paga todo, hasta el dinero de bolsillo
Todavía no tienen fecha de viaje pero sí nervios y unas ganas tremendas por vivir una experiencia que a buen seguro les cambiará la vida. Sus padres no tendrán que preocuparse del dinero ya que la beca lo paga todo, desde que la Fundación las recoge en Burgos hasta que las devuelve un año después, incluida estancia, comida, educación, seguro médico y hasta dinero de bolsillo.
Los 400 becados de este año pasarán primero un fin de semana de convivencia en Madrid. También está pagado. “¡Es bastante guay, una pedazo de oportunidad!”, afirma Ángela.
De cara al futuro, grandes planes. Apasionada del latín, Laura quería estudiar Filología Clásica, pero siguiendo una recomendación de una profesora ha decidido completar la formación con un doble Grado con Literatura Hispánica. “Me gustaría dedicarme a la traducción o trabajar en bibliotecas antiguas”.
Ángela por su parte lo tiene todavía un poco en el aire. “Me gustan mucho las ciencias pero también las artes, sobre todo escénicas: la música, el teatro, todo ese rollo me encanta”.
Ellas lo tienen claro: a la hora de elegir carrera o estudios hay que buscar un equilibrio para que tu profesión te guste pero también te permita vivir sin preocuparte por el dinero. “Es difícil, hay que pensarlo bien”, admiten.
Aranda no está preparada para adolescentes
Han nacido y vivido siempre en Aranda de Duero, una ciudad que insisten, no está preparada ni pensada para adolescentes ni para jóvenes. “Faltan sitios para nosotros. Nos pasamos el día dando vueltas por Aranda, de banco en banco, sin nada que hacer, hasta que nos cansamos y terminamos en alguna casa a ver una película”, lamenta Laura sin olvidar el frío que hace en invierno y gran parte del año.
Ninguna ha estudiado inglés en clases particulares
Ninguna de las dos ha estudiado inglés en clases particulares. Les ha valido lo que han aprendido en el colegio e instituto y “ver películas en versión original”. “El nivel que te piden es como un B2 pero no es tan difícil. Sobre todo buscan que sepas desenvolverte en una clase y mucho oído”.
Por eso recomiendan ver la televisión en inglés y escuchar música. “Yo primero me ponía los subtítulos en español, luego en inglés y ya llega un momento que no te hacen falta”, anima Laura.
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Durante el año que estén fuera no podrán recibir visitas ni abandonar el país porque el visado no lo permite, pero por suerte las redes sociales y las videollamadas las acercarán a los suyos. “Tengo muchísimas ganas de aprender, de descubrir la cultura del país, de hacer amigos… Además sé que voy a aprender a ser independiente y a valerme por mí misma”, termina Ángela.
El programa de becas de la Fundación Amancio Ortega es un proyecto que nació en el año 2010 con el objetivo de apoyar a los jóvenes de 4º de la ESO a estudiar 1º de Bachillerato en Canadá o Estados Unidos. Desde entonces han participado más de 3.500 estudiantes.