El Correo de Burgos

Empleo

“La falta de conductores profesionales nos obliga muchas veces a parar”

Las empresas de autobuses reclaman ayudas al Gobierno para no cerrar

Yolanda Bayo tiene una empresa con 35 autobuses

Yolanda Bayo tiene una empresa con 35 autobuses

Publicado por
Loreto Velázquez
Aranda

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Durante la pandemia se vieron obligados a guardar sus autobuses, pero ahora que el Coronavirus ha dado por fin un respiro y la demanda ha recuperado el ritmo perdido, los problemas, lejos de desaparecer, crecen. Y es que, a la subida de costes como el gasoil, los seguros o las reparaciones se une otro gran reto: la falta de conductores profesionales.  “Aunque la demanda ha subido mucho, al no poder contar con todos los conductores profesionales que necesitamos, muchas veces nos vemos obligados a renunciar al servicio y dejar el autobús parado”, explica la directora general de Autobuses Bayo, Yolanda Bayo, una empresa que cuenta en Aranda de Duero (Burgos), Campo de San Pedro (Segovia) y La Guardia (Álava) con una flota de 35 autocares y 35 empleados, 5 menos de lo que necesita realmente. “Nos volvemos locos para cuadrar horarios y viajes”.

El problema se ha agravado de forma alarmante tras la pandemia. “En la pandemia se produjeron dos circunstancias que han tenido mucha repercusión en el sector. Por un lado, el 90% de las empresas de autobuses turísticos tuvieron que enviar al ERTE a sus conductores y, por otro, estaba el transporte de mercancías disparado, porque había mucha necesidad, y eso hizo que muchos conductores de discrecional se pasaran a mercancías. Todos esos conductores no han vuelto y se está notando”.

El problema se extiende al relevo generacional. “No se está produciendo”, advierte con preocupación, porque a diferencia de años anteriores, cuando el INEM subvencionaba el carnet de autobús y de camión a las personas afiliadas al paro, ahora son “todo trabas”.  “Antes te sacabas primero la parte de Mecánica y luego el específico. Como era muy poquito más, la gente aprovechaba y se sacaba el carnet de autobús y de tráiler, pero hoy va todo por separado por lo que hay que invertir tiempo y dinero”.

La falta de interés se aprecia a pie de autoescuela. “Nosotros dejamos de ofrecer el carnet de autobús en el año 2016 porque los seguros de estos vehículos son carísimos, tienen que pasar la ITV cada seis meses y todo para dos o tres estudiantes al año. No merecía la pena”, explican desde la autoescuela arandina, Recalde.

En Aranda de Duero, solo queda una que ofrezca esta opción, CTC. Desde las autoescuelas, explican, el problema no es tanto el dinero que cuesta como el tiempo que necesitan los aspirantes a un carnet que “hay que renovar luego cada 5 años”.

Tampoco hay garantías. Al no haber prácticas, las empresas suelen ser reacias a contratar a conductores sin experiencia, porque recién salidos de la autoescuela necesitan un tiempo de adaptación, antes de coger un autobús grande, con pasajeros, que cuesta unos 300.000 euros. “Los nuevos conductores tienen dos barreras de entrada: el coste económico del carnet y el tiempo de preparación y lograr entrar en el mercado de viajes a largo plazo”, explica Yolanda Bayo.

“Aquí hay trabajo”

Las empresas que sí dan una oportunidad a los nuevos conductores empiezan normalmente por líneas regulares y recorridos cortos. “Así pueden estar un año, pero claro, la nómina es el sueldo base, la mitad de lo que cobran los conductores de largo recorrido, donde entran dietas, nocturnidad… No les compensa”, lamenta.

Yolanda Bayo hace un llamamiento al Estado para que ayude a desbloquear esta situación. “Volver a subvencionar el carnet nos ayudaría mucho”, apremia, con un mensaje: “aquí hay trabajo pero necesitamos profesionales para dar un buen servicio”.

El mantenimiento de los autobuses se ha disparado

A la falta de trabajadores se unen otros problemas que se han agudizado en el último año, como la subida del gasoil, los seguros y los talleres y repuestos. “El mantenimiento de los autobuses se ha disparado y ahora podemos estar entre los 6.000 y 7.000 euros anuales por autobús”, advierte sin olvidar el gasto extra que supuso la puesta en marcha de la flota, tras el parón de la pandemia. “Como estuvieron parados un año, ha habido averías y nos ha costado unos 4.000 euros por cada autobús”. 

Problemas para cobrar

A todo eso hay que añadir la subida de salarios y los problemas para cobrar. “Con Educación de Burgos, por ejemplo, tenemos un problema, porque nos han pagado solo septiembre y octubre”, señala.

El retraso se debe a la falta de personal de la administración. “En agosto no pudieron resolver a tiempo el concurso para sacar a licitación y han tenido que hacer contratos menores que no se pueden pagar hasta que finalice el contrato”.

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