El Correo de Burgos

Ribera del Duero

"Imprescindible" para conseguir un vino de calidad: así es la poda en seco

El enólogo Antonio de la Fuente explica a pie de viñedo esta técnica ancestral y fundamental

Antonio de la Fuente es enólogo de la Asociación de Enólogos de la Ribera del Duero (Enoduero)

Antonio de la Fuente es enólogo de la Asociación de Enólogos de la Ribera del Duero (Enoduero)

Publicado por
Loreto Velázquez
Aranda

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No hay alternativa posible. La poda en seco es algo obligado en el cuidado de la viña. “Es fundamental para obtener un vino de calidad. Si no lo haces, cada yema con sarmiento brotará y volverá a dar racimos, pero no serán de calidad. Hay que tener en cuenta que si la planta tiene demasiada vegetación pierde vigor, los racimos serán más pequeños, tendrá más problemas fitosanitarios y será más complicada de controlar”, explica el enólogo de la Asociación de Enólogos de la Ribera del Duero (Enoduero), Antonio de la Fuente.

 

La poda invernal empieza cuando termina la fase vegetativa, tras la vendimia. “Se suele esperar lo máximo posible para que la planta pueda recuperar con la fotosíntesis todo lo que la cosecha le ha sacado. Lo normal es empezar en diciembre pero se puede hacer hasta marzo o incluso abril”.

La fecha máxima la pone el inicio de los lloros, el indicio físico que marca el fin del letargo invernal de la viña y el comienzo de la actividad. “Si podas cuando han empezado los lloros, quitas mucha savia y la planta pierde fuerza. Por ello, solo es recomendable cuando las viñas son muy vigorosas”, aconseja.

También hay que tener en cuenta la edad del viñedo. “Al principio, hasta el tercer año, no interesa que te de muchos kilos, lo que buscamos es que haga raíz, cuerpo y tronco. Si no controlas la cantidad, la planta envejecerá antes. Aquí por ejemplo, tenemos una viña de 6 años en la que vamos creciendo poco a poco, entre 500 y 600 kilos por hectárea al año. Ahora estamos en 3.500 y seguiremos ampliando, sin forzar, hasta llegar al tope de 5.000 kilos”.

En su caso, ha pasado primero una pre-podadora para facilitar el trabajo de poda.  “La máquina tiene un palpador que salta cuando llega a los postes. La verdad es que es muy útil porque facilita mucho las cosas y el palo cae directamente”.

Cuando la prepodadora termina su labor llega la barredora, que deja todos los sarmientos que han caído en el centro de la calle que separa los líneos del viñedo. “En este caso, como estamos en ecológico, con otra máquina reducimos los sarmientos a trozos muy pequeños que luego mezclamos con basura de oveja. Esta basura de oveja sale de una granja cercana pero se composta en una empresa, porque no se puede echar tal cual, y luego nos la vende”.

Así atardece en febrero en la Ribera del Duero

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Mejor abono orgánico

Los beneficios del abono natural son claros. “A mi desde luego me gusta mucho más el abono orgánico que el mineral porque equilibras el suelo, la planta y favoreces la simbiosis natural”. A la hora de mezclarlo con la tierra hace surcos en calles alternas.

Primera pregunta. ¿Se poda igual un viñedo en espaldera que en vaso? Hay diferentes matices pero la filosofía es la misma: dejar los pulgares que marcarán la cosecha. “En espaldera tienes un único plano para trabajar, que te va marcando, mientras que en vaso es un poco más libre porque es un espacio cilíndrico que tienes que ir manejando”.

Si la poda en seco, la de invierno, sirve para controlar la fuerza de la planta; la poda en verde de mayo se centra principalmente en la retirada de tallos. “Luego ya en agosto, si hace falta puedes realizar una tercera poda, para limpiar racimos. Esa última la haces para controlar la carga. Si por ejemplo no quieres pasarte de los 5.000 kilos por hectárea cortas lo que sobra, porque así proteges la calidad de la uva y del vino”.

Las temperaturas marcan el ritmo. “Ahora lo que hace falta es que haga frío, mucho frío porque si no, las yemas salen del letargo y brotan y cuando más se adelanten, más riesgo hay de sufrir ante las heladas de primavera”.

¿Riego en un cultivo de secano?

La sequía ha obligado a muchos viticultores a incorporar sistemas de riego en sus líneos de viñedos. “En los viñedos viejos, en vaso, es mucho más difícil pero en espaldera ya lo ponen muchos”, analiza mientras deja claro que se utiliza únicamente para riegos de refuerzo en épocas de sequía. “La viña es una planta de secano, no le hace falta mucho agua, pero en años como el pasado, cuando la sequía fue severa, la planta tenía estrés hídrico y le vino muy bien”.

Este año las perspectivas son mejores. “En lo que llevamos de año ya ha llovido todo lo que cayó en 2022. Ojalá llueva más, pero no creo que tengamos el problema de sequía del año pasado”. Tampoco es bueno pasarse con el agua. “Si te pasas, los racimos engordan y merma la calidad”.

 

 

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