El Correo de Burgos

Aranda de Duero

El único servicio gratuito de atención psicológica infanto-juvenil corre el riesgo de desaparecer

Salud Mental hace un llamamiento al Ayuntamiento de Aranda para que renueve la financiación de un programa que trata a 40 niños, adolescentes y jóvenes

De izquierda a derecha. Blanca Cuesta, Eva Fernández y Alba Ortiz

De izquierda a derecha. Blanca Cuesta, Eva Fernández y Alba Ortiz

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Loreto Velázquez
Aranda

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El servicio de atención psicológica infanto- juvenil de Salud Mental apenas lleva un año y medio en activo, pero es un buen termómetro de lo que está pasando en Aranda de Duero y la Ribera. Problemas de conducta, ansiedad, fracaso escolar o miedos paralizantes, entre menores de 7 a 12 años, que se agravan en algunos casos años después, con autolesiones e incluso ideas suicidas, como ya se está viendo en jóvenes de 13 a 18 años.

Ante la inexistencia de un servicio comarcal gratuito, Salud Mental dio el paso, primero con el patrocinio de Alcampo y cuando finalizó, gracias al apoyo de la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Aranda, pero la financiación termina el próximo mes de septiembre y podría ser su final. “Hacemos un llamamiento al Ayuntamiento y ahora que llegan las elecciones, al nuevo equipo de gobierno para que este servicio esencial tenga continuidad”, urge la directora, Eva Fernández, consciente de que aunque el programa estaba pensado para 20 jóvenes, están tratando a más de 40 y aun así no logran dar cobertura a una lista de espera, donde hoy aguardan 18 niños y adolescentes. “Necesitamos ayuda para poder mantener un programa que necesita ser reforzado con más personal y también con un nuevo espacio, donde los chicos se sientan cómodos en un entorno de seguridad y confianza”, añade a sabiendas de que la actual sala del Centro Cívico, que les cede el Ayuntamiento, no cumple estas premisas.

Estamos totalmente desconectados

Desde Salud Mental trabajan en red, con los padres, los profesores y los trabajadores sociales, pero muchas veces son los propios niños o jóvenes los que dan el primer paso. “Buscan sobre todo un lugar donde sentirse libres para opinar; un espacio donde no se sientan juzgados, donde poder cuestionar y cuestionarse”, asegura la psicóloga responsable del proyecto, Blanca Cuesta, a sabiendas de que aunque vivimos en la “era de la conexión, estamos totalmente desconectados”. “Necesitan hablar, reflexionar… Hay que trabajar las emociones”, aconseja.

En la actualidad, el programa asiste a 40 jóvenes: 23 con edades comprendidas entre los 13 y los 18 años; 10, de 7 a 12 años y 7, de 17 a 25 años. En número, las chicas superan a los varones. “Son en general exigentes, muy críticos, reflexivos y muy maduros”, explica Blanca Cuesta, quien trabaja con el apoyo de la psicóloga de Salud Mental, Alba Ortiz.

Ante la falta de medios, ha tenido que cambiar de estrategia, sustituyendo las consultas individuales del inicio por sesiones grupales de 5 o 6 miembros, en los que se les hace coincidir por sintomatologías similares. “Esto nos permite optimizar recursos, pero lo cierto es que en algunos casos haría falta una atención más individualizada”, admite con preocupación porque según las estadísticas, el 15- 20% de los jóvenes sufren problemas de salud mental. “Hay una necesidad real en atención y en prevención”.

Psiquiatría lejana

Falta una unidad estable de psicología infantil y juvenil en Aranda y la Ribera, pero también un apoyo psiquiátrico que a día de hoy solo se da en Burgos. En estos casos, los más graves, las familias tienen que desplazarse a Burgos capital, dejando sus trabajos y muchas veces afrontando gastos extraordinarios que suponen un verdadero quebranto en sus cuentas. “Aranda necesita un psiquiatra”, afirma la directora de Salud Mental, Eva Fernández.

La mejor prevención: una zona de ocio saludable que no existe

En el ámbito de la prevención, tanto las psicólogas de Salud Mental como la directora coinciden: los jóvenes de Aranda de Duero y la Ribera necesitan un espacio de ocio saludable donde puedan estar y pasar su tiempo libre entre iguales.

Sin embargo, Aranda sigue esperando y tras pasar el invierno en la calle y sin opciones, el centro de Arte Joven, que se suponía iba a abrir en abril, está en suspenso por una grieta en una viga interior.

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