La Sierra rinde honores a su Virgen de Revenga
Quintanar, Regumiel y Canicosa celebraron su tradicional romería, la más multitudinaria de la comarca de Pinares
La tradicional romería de la Virgen de Revenga es uno de los días más esperados del año para los vecinos de las localidades serranas de Quintanar, Regumiel y Canicosa.
La tradicional romería de la Virgen de Revenga es uno de los días más esperados del año para los vecinos de las localidades serranas de Quintanar, Regumiel y Canicosa y ayer se vivió con verdadero fervor reuniendo a centenares de personas de toda la comarca pinariega.
Y es que se trata de la cita más multitudinaria que se celebra en todo el año en esta parte de la provincia, como se pudo comprobar con una campa de Revenga repleta de personas disfrutando de una jornada de unión y concordia.
La tradicional romería de la Virgen de Revenga es uno de los días más esperados del año para los vecinos de las localidades serranas de Quintanar, Regumiel y Canicosa
La mañana comenzó con el saludo de las tres villa condueñas, que minutos antes de las doce del mediodía se unieron para realizar el saludo de los respectivos pendones y estandartes de cada localidad.
Con este acto se dio comienzo a lo que es una de las fiestas más antiguas de toda Castilla y León con más de 500 años de historia y que a día, a pesar del paso del tiempo, se mantiene y se vive con verdadera emoción para demostrar el respeto mutuo entre los pueblos que gestionan este enclave serrano.
Quintanar, Regumiel y Canicosa juntaron sus estandartes ante la atenta mirada de vecinos y autoridades municipales y provinciales y procedieron acto seguido a la entrada a la ermita para sacar en procesión a la Virgen de Revenga en un recorrido realizado como cada año alrededor de la campa.
La tradicional romería de la Virgen de Revenga es uno de los días más esperados del año para los vecinos de las localidades serranas de Quintanar, Regumiel y Canicosa
Los colores de los trajes de serrana llenaron todavía más el ambiente festivo de la mañana que se completó con misa en el interior de la ermita.
Así se dio el pistoletazo de salida a un día repleto de diversión para todos los asistentes, ya que la campa del Comunero se llenó, como cada año, de atracciones infantiles, puestos artesanos, barracas de feria, reuniones gastronómicas entre familias y amigos y buen ambiente.