La nueva Diputación de Burgos contará con un departamento de Repoblación
Borja Suárez inicia su mandato planteando un «acuerdo ejecutivo» para luchar contra la sangría demográfica y defender las infraestructuras
Caras nuevas, viejos conocidos y cambio de liderazgo al frente de la Diputación Provincial de Burgos. La salida de César Rico abrió la puerta a su segundo de abordo hasta ahora, Borja Suárez, investido presidente este martes gracias a la mayoría que ostenta el Partido Popular. Gobernará en solitario, sin necesidad de pactar con Vox y con Ciudadanos fuera de juego, defendiendo «tres valores fundamentales»: familia, tradiciones y vanguardia. Sobre este último punto, la principal prioridad de la Corporación será la lucha contra la sangría demográfica a través de una «delegación específica» sobre Repoblación.
«Desgraciadamente, la despoblación es una circunstancia que no es ajena a esta provincia», señalaba Suárez una vez finalizado el pleno de constitución del nuevo Ejecutivo pese a ser consciente de que los datos son mejores que en otros territorios por la «industria», «infraestructuras» e «historia» que atesora Burgos. No en vano, «la amenaza es la misma» y por eso pretende crear un departamento, sin prisa pero sin pausa, capaz de implicar a «todas las localidades por pequeñas o grandes que sean. Y es que de poco sirven las fortalezas, a las que aludió en su discurso de investidura, si no se alcanza un «acuerdo ejecutivo» para abordar problemas como el «envejecimiento» o la prestación de servicios en una provincia extensa con «pueblos diseminados».
Tampoco pasó por alto el nuevo mandatario provincial la «defensa de las infraestructuras». En este sentido, animó al resto de corporativos a hacer piña para que «las reivindicaciones que están sobre la mesa se concluyan». Y a convencer, desde todos los flancos a las administraciones competentes, de que se trata de «infraestructuras que van a hacer mucho mejor al país».
Consciente de que son «muchos los problemas que tenemos por delante», Suárez incidió en la necesidad de «transformar los Servicios Sociales» y «modernizarles» para implementar su «proximidad» y conseguir que sean «mucho más competitivos». De igual manera, reconoció que la prestación de servicios de asesoramiento técnico, jurídico e incluso político a los municipios sigue siendo «una reivindicación real de los ayuntamientos por pequeños o grandes que sean».
En materia de Personal, una de las áreas más conflictivas, Suárez definió a los más de 1.000 trabajadores de la Institución Provincial como la «verdadera joya de la corona». Y aunque no dudó en pedirles «esfuerzo máximo» y «lealtad», también señaló lo necesario que resulta «organizar de manera más efectiva a nuestras plantillas». Previamente, pondría el foco sobre los servicios de extinción de incendios y el Consorcio, todavía pendiente, para la profesionalización de los parques de bomberos de la provincia.
Según sus propias palabras, Suárez afronta esta nueva andadura como presidente de la Diputación con el objetivo de «dejar una provincia mejor de la que tenemos». No en vano, quiso aprovechar su discurso para agradecer el papel que ha jugado Rico, una «persona imprescindible» y «una guía que tendremos siempre» para «estar a la altura de las circunstancias».