Trotaburgos
Sargentes de la Lora: Mucho más que la historia del Petróleo
A caballo entre el Geoparque de las Loras y Hoces del Alto Ebro y Rudrón, merece una y mil visitas
Su nombre recorrió todo el país, y gran parte del extranjero, aquel memorable mes de junio de 1964. Sargentes de la Lora, tierra de petróleo tras el increíble hallazgo en la pedanía de Ayoluengo. Lo nunca visto, ni antes ni después. La prosperidad llamaba a las puertas de este pequeño municipio burgalés de la comarca de Páramos que ya de por sí contaba con un envidiable entorno natural. Y aunque el sueño del oro negro en el otrora denominado Texas español no fue tanto como se preveía, lo cierto es que su legado constituye un recurso turístico de primer nivel gracias al empeño del Ayuntamiento, y de sus vecinos, en dar a conocer su historia.
Era de justicia impulsar un Museo como Dios manda para reivindicar el único campo petrolífero de la península ibérica. Situado a las afueras del pueblo, sorprende sobremanera al visitante. Lo ideal es reservar con antelación a través de internet al tratarse de recorridos con guía para 30 personas como máximo. De aquí a septiembre, las instalaciones permanecerán abiertas de martes a sábado con tres pases a las 11, 12 y 13 horas y otros tres a las 16:30, 17:30 y 18:30 horas. El precio es de 3 euros por persona, con descuentos para grupos de diez o más integrantes y acceso gratuito para los menores de 7 años.
Más allá del petróleo, Sargentes de la Lora tiene la suerte de pertenecer al impresionante Geoparque de las Loras. Un verdadero espectáculo paisajístico adherido a la red de la Unesco, a caballo entre Burgos y Palencia, de enorme interés geológico, con una variedad biológica de vital importancia y un sinfín de espacios inolvidables. Entre ellos, cómo no, el yacimiento de La Lora que se niega a desprenderse de su pasado.
Sargentes es, además, un auténtico paraíso terrenal para senderistas. Por su carácter histórico, destaca el sendero de la Guerra Civil. Seis kilómetros de escasa dificultad para descubrir, por ejemplo, la fuente de Don Domingo Manjón que saciaba la sed de republicanos y franquistas. Asimismo, esta ruta alberga el prehistórico dolmen de La Cabaña, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Castilla y León en 1993.
Tampoco hay que pasar por alto el Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Más de 46.000 hectáreas que ofrecen un abanico de opciones amplísimo, con posibilidad de desembocar en el Pozo Azul, Orbaneja del Castillo o allá donde los pies del caminante quieran llegar.