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El sellado previo a la puesta en carga de Castrovido culminará en primavera

Los trabajos que lleva a cabo la CHD a lo largo del cauce del arroyo Vaquerizas buscan que la escorrentía acabe en el vaso del embalse. A su término, se reanudará el llenado

Imagen de archivo de la presa de Castrovido, el día de su inauguración oficial, en junio de 2021.© Tomas Alonso

Burgos

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Autorizadas desde comienzos de 2023, las obras para el sellado del sumidero ubicado en el arroyo Vaquerizas que permitirá reanudar la puesta en carga de la presa de Castrovido culminarán «al inicio de la primavera del próximo año». Así lo estima al menos la Confederación Hidrográfica del Duero, responsable de los trabajos.

Los problemas de fugas se detectaron una vez finalizado el primer escalón del llenado de la presa principal del embalse, tras inaugurarse en junio de 2021, 16 años después de colocarse la primera piedra y dos décadas más tarde de la aprobación del proyecto. La detección del sumidero obligó a detener el proceso y comenzar los trabajos para la ejecución del tratamiento del terreno y posterior sellado.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recuerdan al respecto que «de forma previa se ha llevado a cabo un estudio de la geología de la zona para de esta manera poder finalizar la puesta en carga de la presa previa a comenzar la fase de explotación».

En concreto, desde la Administración nacional se confía en que estos trabajos, que se están desarrollando principalmente durante el año 2023, den paso al esperado llenado definitivo tras garantizarse la seguridad del proceso, aunque apuntan que esta reanudación dependerá del resultado de los mismos y también del comportamiento climático e hidrológico de la propia cuenca del Arlanza.

En detalle, previamente a definir la solución que se aplica en la actualidad, se han ejecutado una serie de estudios de prospección del terreno. Han consistido, según detalla la CHD, en sondeos con extracción de testigo en la margen derecha del río Arlanza. Esta actuación permite conocer al detalle el comportamiento del terreno en lo relativo al flujo de agua, crucial para el funcionamiento adecuado de la infraestructura.

Diseñada ya la solución que los especialistas han considerado más oportuna a la problemática existente, su materialización se encuentra ya en plena ejecución y consiste en la ejecución de los citados trabajos de sellado, a lo largo del cauce del arroyo Vaquerizas, con el propósito de que la escorrentía (flujo de agua procedente de las lluvias o deshielo de nieve que circula sobre la superficie del suelo una vez supera su capacidad de evaporización y de infiltración), una vez infiltrada en el terreno más superficial, se deslice sobre los mismos, acabando un alto porcentaje dentro del vaso del embalse.