Cerezo de Río Tirón. Lugar de frontera
La localidad, estrechamente ligada al río, forja su historia gracias a su ubicación estratégica
Cerezo de Río Tirón es una localidad ubicada en la ladera de un gran cerro que se eleva sobre el río que da nombre este histórico municipio. El comienzo de la historia de Cerezo de Río Tirón se debe buscar en una importantísima ciudad autrigonia de Segisamunculum. Fue también motivo de disputa entre cristianos y agarenos por su mezcla de riqueza natural y por su situación estratégica entre la depresión del Ebro y la Bureba.
Hace ya 2.500 años, en la primera época de la Edad de Hierro, estuvo ocupada por un extenso castro, y 200 años más tarde los autrigones se asentaron en la mencionada ciudad de Segisamunculum. Los romanos dejaron su impronta con los restos que aún se conservan de la calzada romana que unía Astorga con Tarragona. Una época de la que también se conserva el puente de San Ciprián.
Su ubicación en la frontera hizo que Cerezo del Río Tirón estuviera ocupada por musulmanes hasta el año 891, que pasó a control cristiano.
Históricamente se cuenta que en el año 1029 ya formaba parte de Castilla, aunque no quedó muy definida hasta el fallecimiento de Sancho III el Mayor y la consiguiente lucha entre sus hijos Fernando rey de León y conde de Castilla y García Sánchez III, rey de Pamplona-Nájera, que se escenificó en la conocida como Batalla de Atapuerca, en 1054, y fue cuando se consolidó ese paso a Castilla.
Fue bajo el reinado de Alfonso VII cuando Cerezo de Río Tirón alcanzó el mayor desarrollo económico y social a través de los fueros que se le otorgaron en el año 1151, lo que hizo que llegara a ser una de las poblaciones más ricas de Castilla.
Entre los lugares de interés que se pueden visitar en Cerezo de Río Tirón destaca la iglesia de San Nicolás de Bari. De estilo neoclásico, del siglo XVIII, destaca por su grandiosidad, con retablos recuperados de las antiguas ermitas del pueblo.
En el interior se pueden contemplar sus tres naves. En las naves laterales hay altares procedentes de iglesias o ermitas ya desaparecidas. En la actualidad, es la única iglesia habilitada para el culto.
Todavía se conservan los restos de la iglesia de Santa María de Villalba. De ella se dice, tradicionalmente, que San Vitores fue el párroco, quien nació en Cerezo de Río Tirón y decapitado por los musulmanes. Las ruinas que hoy se conservan son de un templo de entre los siglos XV y XVI, por lo que es probable que estuvieran levantadas sobre la iglesia primitiva, de la que párroco el que hoy es el patrón de la localidad. Es visible el ábside semicircular y la torre del campanario, más moderna.
Otro de los tesoros patrimoniales es la iglesia de Nuestra Señora de la Llana. Cuatro de sus relieves, que representaban la Adoración de los Reyes Magos, salieron del país en el año 1929, expuestos en el Museo de Los Claustros de Nueva York.
Sí que se pudo recuperar la bella portada, que tras años expuesta en el paseo de la Isla de Burgos, fue trasladada al monasterio de San Juan de esta ciudad.
Otro lugar de interés es el convento de San Vitores. Ubicado en Fresno de Río Tirón, se levantó la gruta en la que yacía San Vitores. El lugar se ha convertido en uno de los lugares de devoción de los pueblos de la zona. Los vecinos de Cerezo de Río Tirón participan en la romería que se celebra cada año. El 26 de agosto se celebran las fiestas en honor a San Vitores.
Junto al patrimonio y las tradiciones, Cerezo de Río Tirón ofrece también un entorno natural que merece la pena visitar. En este sentido, alumnos y profesores del Instituto de Educación Secundaria Hipólito Ruiz López, de Belorado, han diseñado una ruta que recorre la localidad de Cerezo de Río Tirón mostrando su riqueza etnológica, económica y biológica.