Exigen la dimisión de Veganzones y Dueñas por negar el maltrato animal en la granja de Quintanilla del Coco

La Fundación Franz Weber prosigue la campaña contra la granja de Quintanilla del Coco en la que supuestamente se habían cometido actos de maltrato animal y pese a que las inspecciones desde la administraciónautonómica y el Seprona no han revelado ninguna conducta de esa clase, ha exigido las dimisiones inmediatas de losconsejeros de Industria, Mariano Veganzones, y Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas.

Esta fundación animalista acusa a ambos consejeros de Vox de «negacionismo» en relación a las imágenes de la granja divulgadas por el Observatorio de Bienestar Animal (OBA).

Desde la publicación del video y diferentes fotografías ambos consejeros, según la versión de esta entidad, «únicamente han apelado a su supuesta falsedad, cuando la investigación provee pruebas a cualquier periodista que las haya requerido, siendo extremadamente grave que la única respuesta de la Junta haya sido tan ridícula», apuntan desde esta Fundación que, entre otros intereses, tiene entre sus objetivos declarados «la lucha contra la tauromaquia» en España «desde hace décadas» para intentar «desnormalizar» esta terrible «tradición».

Crítica ideológica: ultraderecha y negacionismo

Los naturalistas saltan al terreno ideológico y cargan directamente contra ambos consejeros a los que consideran «indignos» de su cargo y les acusan de representar «a la perfección el negacionismo del maltrato animal que encarna la ultraderecha, que emplea más medios en desviar la atención que en afrontar un preocupantes caso de crueldad». 

A mayores, en caso de que la dimisión no se produjera en las próximas horas, la Fundación Franz Weber pide al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, «un cese fulminante por deteriorar la imagen pública de la comunidad al incumplir sus obligaciones competenciales más elementales en materia de bienestar animal, como reclama OBA».

Inspecciones sin fallos

Cabe señalar que el portavoz de la Junta y consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo, ya señaló dos días después de presentarse la denuncia que técnicos de la Consejería de Agricultura y Ganadería inspeccionaron la instalación y no detectaron ninguna irregularidad. Previamente, fuentes de esa Consejería señalaron a este periódico que se había realizado una inspección y que en la instalación estaba «todo en orden». Además, el Seprona de la Guardia Civil realizó una visita y tampoco encontró irregularidades en la granja.

La ONG antitaurina, por su parte, rechaza de plano el resultado de estas inspecciones y pasa por algo la inexistencia de sanciones o expedientes anteriores en esa granja empleando el argumento de que gran parte de las inspecciones que realiza la Junta y cualquier otro Gobierno autonómico funcionan con avisos previos a las granjas. 

Siempre según la versión de esta Ong animalista, esos supuestos preavisos acaban derivando en un elemento preventivo de cualquier ganadero que trata a los animales de forma violenta. Por lo tanto, insisten en un comunicado, exigen «un cambio profundo del sistema, implementando vigilancia preventiva y sorpresa que posibilite sanciones e incluso cierres de las explotaciones que cometan infracciones o incluso delitos de maltrato animal».

Cabe recordar que el Juzgado de Lerma ha admitido a trámite la denuncia contra esta granja de cerdos de Quintanilla del Coco por maltrato animal y graves irregularidades por el Observatorio de Bienestar Animal, que se acompañaba de imágenes obtenidas en su investigación realizada entre mayo y septiembre de este año.

Vierte sospechas a LIDL

Esta Ong ha vertido sospechas sobre la empresa de distribución alimentaria Lidl porque, según sus propias deducciones, la granja investigada por el OBA está identificada como un posible proveedor cárnico de la multinacional de los supermercados de esta marca de origen alemán.

Aunque carece de certeza sobre esta afirmación, desde la Fundación Franz Weber, de origen suizo, han dado un toque de atención a la empresa alemana para que implemente «mejores controles de bienestar en aquellas compañías que estarían facilitando sus productos». 

«Las compañías multinacionales como LIDL tienen una especial responsabilidad en la gestión de cualquier proveedor que pueda cometer infracciones al ordenamiento jurídico relacionado con el medio ambiente y el bienestar animal, por su cuota de mercado destacada», concluyen en su comunicado.