La depuradora de Torresandino estará en marcha en febrero
La EDAR está preparada para más de 1.200 habitantes y con una capacidad de 24 litros por segundo de depuración
La estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Torresandino (Burgos) estará en funcionamiento este mes de febrero, tal y como anunció hoy el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, durante su visita a la zona para ver cómo avanzan las obras. Estas actuaciones se enmarcan dentro del programa de depuración de poblaciones que lleva a cabo la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, y del Protocolo General de Actuación entre la Junta de Castilla y León y las nueve diputaciones provinciales para promover el establecimiento de sistemas de depuración de las aguas residuales urbanas en los núcleos de población de 500 a 2.000 habitantes.
En la provincia de Burgos, se licitaron las obras para la modernización de los sistemas de gestión de aguas en los municipios de Torresandino y Villariezo, con una inversión de 2,2 millones de euros. Según explicó el consejero, en la zona de Torresandino había una “instalación obsoleta”, y tras estas actuaciones “queda garantizado el futuro del municipio”. La depuradora está preparada para más de 1.200 habitantes, y tiene una capacidad de 24 litros por segundo de depuración, así como los “sistemas más modernos de depuración”. Además, tendrá un “menor coste de mantenimiento”, tal y como señaló responsable de Medio Ambiente, que explicó que, a mayores se instalarán unas placas fotovoltaicas que permitirá un autoconsumo eléctrico del 50 por ciento del total del consumo de la planta. Esto permitirá “más compromiso medioambiental”, y un “ahorro en los costes de explotación”.
Suárez-Quiñones destacó además que la puesta en marcha de esta estación depuradora permitirá que instalaciones industriales, ganaderas o de cualquier tipo puedan ubicarse en el municipio porque dispondrán de una “depuración de las aguas residuales”. “Si no hay una depuración adecuada, se limita la instalación de empresas y plantas industriales”, dijo el consejero, que recordó así lo “relevante” que es para los municipios contar con este tipo de instalaciones.
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Juan Carlos Suárez-Quiñones recordó en su intervención ante los medios que la depuradora forma parte del programa de depuración en el que trabaja la Junta, y con el que busca que “ninguna población de Castilla y León vierta aguas sin depurar a los cursos de los ríos y riachuelos”. Señaló así que desde el Gobierno autonómico quieren “cumplir de forma estricta” la directiva de vertidos, y cumplir con ello un “compromiso” con la naturaleza y el medio ambiente de la Comunidad.
“Seremos de las pocas regiones europeas que, en un plazo razonable, termine este programa”, afirmó el consejero, que señaló que en el caso de Castilla y León se ponen ese “horizonte” en la próxima legislatura. Este programa se divide en tres partes: por un lado, la depuración de los municipios de más de 2.000 habitantes, la cual “ya está terminada”; la depuración de los municipios de entre 500 y 2.000 habitantes, a la que corresponde este municipio burgalés. Supone construir en la Comunidad un total de 240 depuradoras con 140 millones de euros de inversión, 24 de ellas en la provincia burgalesa, tal y como explicó el consejero.
Se suma a esta actuación, la depuración de los municipios de 500 o menos habitantes. “En Castilla y León haremos cerca de 1.200 instalaciones de depuración, con una inversión en torno a los 125 millones de euros”, indicó el consejero. En el caso de la provincia de Burgos se llevarán a cabo 181 plantas de depuración, con una inversión de carca de 20 millones.
"Es un compromiso económico muy relevante del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, pero también un compromiso indudable con nuestro medio rural”, garantizó el consejero, que recordó que desde la Administración autonómica luchan para que los pueblos tengan “las mejores instalaciones”, y lograr con ello “mejores condiciones de vida” para estos entornos rurales.
Recordó además que los costes de estas instalaciones se comparten entre las instituciones, aportando la Junta un 40 por ciento, las Diputaciones provinciales un 40 por ciento y el Ayuntamiento donde se instale la EDAR el 20 por ciento restante, que se financia a 25 años. Por su parte, el alcalde de Torresandino, Alberto Val, quiso agradecer a la Junta la inversión para la realización de esta obra, porque los municipios pequeños necesitan del “apoyo institucional” para poder completar acciones, como en este caso, el ciclo del agua.