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El juego de las chapas triunfa en el oeste de Burgos

Seis de los nueve bares autorizados por la Junta para lanzar las chapas están en la comarca más occidental de la provincia. 

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Burgos

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No se trata de salones del lejano oeste, pero sí que en la provincia de Burgos, llegadas estas fechas de Semana Santa, el dinero cambia de manos allí por donde se oculta el sol.

Como el río Pecos, del salvaje oeste americano, las apuestas del juego de las chapas tienen arraigo a orillas de los ríos Brullés y Pisuerga, en los bares de Villadiego, Los Balbases y Melgar.

Entre las tres localidades copan seis de los nueve locales que han sido autorizados esta Semana Santa para echar las chapas, un juego popular que también cala en la Ribera del Duero y Miranda.

Los barateros preparan sus trastos y los bares autorizados llenan sus cámaras frigoríficas esperando que el juego de las chapas atraiga a más clientes estas fiestas. La Junta les ha autorizado a jugar a las chapas Jueves, Viernes y Sábado Santo. Como al resto de bares de la Comunidad en los que se sigue manteniendo esta costumbre popular tan arraigada como antigua. 

Aunque, como todas las tradiciones que hunden sus raíces en el medio rural, cada año va perdiendo fuerza, como relataba a este periódico el gerente del bar Mejillón, Javier Herrero. «Cada año hay menos gente, la verdad» y tampoco se apuesta mucha cantidad de dinero. «Aquí la gente juega 5, 10 o 50 euros», aseguraba.

El bar Mejillón de Aranda de Duero repite este año con su juego de las chapas, lo mismo que los bares ‘Studio’, también en la Ribera en Roa de Duero; y, en la zona oeste de la provincia, Cosagaya’, ‘Concha’ y ‘Vega’, en Melgar de Fernamental; y los bares ‘Ronny’ y 'Bonis', en Villadiego. Se agregan a estos clásicos el bar Mirador del Arlanzón de Los Balbases, también en el extremo occidental de Burgos. Cierra la lista de los nueve bares autorizados el Casino de Miranda de Ebro.

Fiestas patronales

La regulación del juego y las apuestas es una competencia de la Junta de Castilla y León, que es, no sólo quien autoriza las mesas del juego de las chapas o la taba, sino que marca el reglamento con el que se tiene obligatoriamente que jugar.

El año pasado, entre las autorizaciones de Semana Santa y las que se conceden en las diferentes fiestas patronales que, por tradición, conservan apuestas de este tipo, la Junta dio permiso para apuestas populares tradionales en 87 ocasiones y sólo desestimó tres en toda Castilla y León. En Burgos se autorizaron las ocho presentadas, ninguna de ellas en la capital.

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Así se juega a las chapas

El juego de las chapas se remonta, o eso se cree, al sorteo que hicieron los soldados romanos de la túnica de Jesucristo antes de su crucifixión. Los jugadores, se reúnen alrededor de un corro dirigido por el ‘baratero’ y apuestan en el suelo una cantidad de dinero estipulada por un jugador que hace de banca. 
Se trata de que el tirador lance al aire dos monedas de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII, las llamadas ‘perras gordas’ y los apostantes en su contra -puntos- pujen si ambas monedas quedarán en posición de caras o de cruces. Si cada una de las monedas muestra una cara diferente, se deberá repetir la jugada hasta que coincidan.
El tirador realiza una apuesta de dinero frente al resto de jugadores sobre la posición simultánea de caras o cruces, a su elección. Los puntos cubren con una cantidad de dinero la apuesta del lanzador, sobre las caras o cruces contraria a la elegida por éste.​
En los bares autorizados hay un único corro manejado por el baratero que controla las apuestas, vigila la tirada, canta los resultados y que, por su labor de ayuda, puede obtener propinas de los lanzadores. Cuando el juego se desarrolla en un local cerrado, el gestor actúa remunerado por el organizador.
​Sólo se puede apostar dinero, nunca animales, bienes muebles o inmuebles ni su correspondiente valor económico. 
​Además, en caso de disputa, los jugadores tendrán a su disposición hojas de reclamaciones para que puedan poner de manifiesto sus quejas. En caso de formularse alguna reclamación los organizadores deberán entregar dos de las copias al jugador interesado que enviará una de ellas de forma inmediata a la Delegación Territorial de la Junta, quien se compromete a resolverla en un plazo máximo de tres meses.