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Cisma en el monasterio de Santa Clara en Belorado

Los obispos sospechan de que "no todas las hermanas" secundan a la abadesa y piden que todas las monjas puedan hablar

Tienden la mano a la comunidad del monasterio para acercar posturas y solicitan que "cada hermana del Monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa"

Dos de las monjas en un coche, en las inmediaciones del monasterio de Santa Clara de Belorado.SANTI OTERO

Burgos

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La Conferencia Episcopal ha salido al paso de la situación creada por la decisión de las monjas del Monasterio de Santa Clara de Belorado de apartarse de la tutela de la iglesia católica y colocarse bajo el amparo de un antiguo religioso excomulgado y autoproclamado obispo, cabeza visible de la corriente 'sedevacantista' en España.

Los obispos españoles respaldan al arzobispado de Burgos y del obispado de Vitoria en este asunto y reafirman "la adhesión de la Iglesia que peregrina en España al papa Francisco, con la mano tendida a estas hermanas".

En ese sentido, en un comunicado emitido esta mañana y firmado por la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada (CEVC), los obispos españoles solicitan que "cada hermana del Monasterio de Belorado y Orduña, en el ejercicio de su libertad de conciencia, pueda expresar su postura ante la decisión que comunica la abadesa". 

Los prelados sospechan que "no todas las hermanas suscriben la “carta” de la abadesa" y, de hecho, una de las monjas de mayor edad ya abandonó el monasterio al no comulgar con los movimientos que encabeza Sor Sión, la abadesa del monasterio beliforano.

A mayores, los pastores de la iglesia católica en España demandan la "apertura de todas las hermanas de la comunidad al diálogo con obispos, sacerdotes, personas consagradas, hermanos y hermanas de la Iglesia Católica que, fieles a la verdad y en comunión con el papa Francisco, buscan el bien para este Monasterio y para cada hermana clarisa".

En cuanto a las reservas y dudas de fe expresadas por Sor Sión y otras hermanas y difundidas ante los medios por el autoproclamado portavoz de las monjas, el padre Don José, y concretadas en el  denominado “Manifiesto católico” del 8 de mayo que dio pie al cisma que se vive en Belorado, los obispos entienden que se corresponden con los argumentos que propugnan "aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II y son denominados "sedevacantistas'". "El texto parece inspirarse en los principios básicos de esta corriente y, concretamente, entronca con un grupo que es considerado una secta por varios expertos", advierten. 

Lamentan, además, "el tono ofensivo y recriminatorio del “manifiesto” y de la “carta”, así como algunos términos —por ejemplo, el de la “sumisión” a un falso obispo y supuesto líder de una secta—, no son propios del modo habitual de comunicarse de estas hermanas, las cuales se manifiestan ahora públicamente no sólo en las palabras escritas de la abadesa, sino también en medios de comunicación abundando en expresiones confusas que parecen fruto de engaños".

Es por eso que los miembros de la Conferencia Episcopal, que se pronuncia por primera vez sobre este cisma, Consideran que "los motivos de descontento aducidos en la mencionada carta tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa y no encontramos relación proporcionada entre las causas expuestas y la conclusión a la que se llega".

Al mismo tiempo que apreciamos y agradecemos el don de tantas hermanas clarisas que viven en comunión con la Iglesia y la enriquecen en muchas diócesis de España, lamentamos profundamente la declaración de ruptura de la comunión con la Iglesia Católica contenida en la carta de la abadesa del Monasterio de Belorado con fecha 13 de mayo y en el denominado “Manifiesto católico”, fechado el 8 de mayo del presente año. El contenido de dicho “manifiesto” se corresponde con el que propugnan aquellos que niegan la validez del Concilio Vaticano II y son denominados “sedevacantistas”. El texto parece inspirarse en los principios básicos de esta corriente y, concretamente, entronca con un grupo que es considerado una secta por varios expertos. El tono ofensivo y recriminatorio del “manifiesto” y de la “carta”, así como algunos términos —por ejemplo, el de la “sumisión” a un falso obispo y supuesto líder de una secta—, no son propios del modo habitual de comunicarse de estas hermanas, las cuales se manifiestan ahora públicamente no sólo en las palabras escritas de la abadesa, sino también en medios de comunicación abundando en expresiones confusas que parecen fruto de engaños. Consideramos que los motivos de descontento aducidos en la mencionada carta tienen vías de solución distintas de la determinación que en ella se expresa y no encontramos relación proporcionada entre las causas expuestas y la conclusión a la que se llega.

Finalmente, los obispos se encomiendan "al Señor, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, de santa Clara y de san Francisco de Asís, a las hermanas de Belorado y Orduña y a las demás hermanas clarisas que pudieran necesitar ayuda y consuelo, así como a la vida consagrada en su conjunto, en particular a la vida contemplativa, cuyo recuerdo se hará especialmente vivo dentro de poco, en la Solemnidad de la Santísima Trinidad". Declaran, además, su agradecimiento a "tantos hombres y mujeres que a lo largo de los siglos y a lo ancho del mundo han entregado su vida a esta vocación orante de entrega radical".