Un reclamo de cine

El sonido persistente del taladro sustituye hoy al zapateo del pelotón de presos sudistas que, en idéntico lugar, enfilaba su destino. El foso que salvaban perdura en el altozano como un vestigio de lo que ahora resurge. También algunos anclajes en los que se sujetaba la endeble pasarela que bailaba al son de los reos. Ni un poco se mueve la hoy que la suple, firme por aquello de la seguridad, robusta, pensada para que su resurrección se prolongue en el tiempo, por el bien de propios y extraños. Y es que da paso a un nuevo reclamo en construcción para la zona, empeñada en revivir su pasado de cine y recrear los escenarios del icónico western 'El bueno, el feo y el malo', que revolucionó la comarca en los años sesenta.

Primero fue el cementerio de Sad Hill. El tesón de unos amantes de la obra de Sergio Leone desempolvó la localización de la secuencia cumbre de la película. Tras años entregados a poner en valor aquel rodaje, herramienta en ristre y guiados por los rastros aún visibles del enclave daban a luz de nuevo el camposanto diseñado por Carlos Simi en el que transcurre el duelo final entre Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef, escena grabada a fuego en el imaginario colectivo cinéfilo. Su entrega no fue en vano y este punto del Valle de Mirandilla, entre las localidades de Contreras y Santo Domingo de Silos, se convertía al punto en lugar de peregrinación turística.

Tanto, que en la actualidad es la propia administración la que, con apoyo de la agrupación promotora de la iniciativa, asume el reto de levantar el campo de concentración de Betterville en la llamada Majada de la Merina, término municipal de Carazo. La pasarela mencionada se adentra en aquel ‘fuerte’ unionista al que van a parar Rubio y Tuco.

La empalizada de entonces ya es visible y, como en la película, quedará sin cerrar al fondo, curioso diseño para una prisión que en su momento ‘salvaron’ con un adecuado tiro de cámara. Así lo explica, taladro en mano, Sergio García, fundador de la Asociación Cultural Sad Hill y coordinador de la Burgos Film Commission.

La acción transcurre, no obstante, fuera del penal, en una zona donde no estaban confinados los presos, más de uso de los oficiales nordistas a cargo de la prisión, un asentamiento creado a tal efecto en el que grabaron la paliza que el cabo Wallace propia al feo durante el interrogatorio del sargento Sentencia, empecinado en conocer la ubicación del dinero. Y de fondo, la música «interpretada por vecinos de Salas, Covaleda y Arauzo» que reforzaban el sello burgalés de esta superproducción.

Aquella memoria se torna un potente atractivo turístico que la Junta de Castilla y León ha querido apuntalar con 48.251,11 euros de inversión para dar forma al campo de concentración de Betterville. «La idea surgió en una reunión de la dirección del Parque natural Sabinares del Arlanza - La Yecla y los tres ayuntamientos que tienen acceso a Sad Hill (Contreras, Santo Domingo de Silos y Carazo) con la intención de completar la oferta y, de paso, desplazar un poco la afluencia al cementerio, que en algunos momentos se dispara», relata García.

La pretensión es potenciar la ruta a pie que enlaza ambas localizaciones, unos seis kilómetros de paseo por un «entorno espectacular», entre los mismos «paisajes de sabinares agrestes y calizos de la peña Carazo y el Valle del Arlanza, que cautivaron al director Sergio Leone y a su equipo para convertirlos, por similitud, en escenarios naturales de Nuevo México y el río Grande en la zona de Santa Fe y Glorieta Pass», según rezan los folletos.

Pero hay más. Porque esta iniciativa se revela, también, paradigma de economía circular. Los troncos utilizados en el cercado del campo de prisioneros son de las sabinas arrasadas por el grave incendio que asoló el entorno próximo, en pleno Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla. «Las damos así una nueva vida, es algo muy simbólico», celebra García. Resurge, pues, de las cenizas el paisaje convertido en reclamo turístico. Su inauguración está prevista en septiembre.

Tocará entonces empezar a soñar con futuros proyectos y, con los pies en la tierra, arrancarán los preparativos del 60 aniversario de un rodaje que también disfrazó de lejano oeste las proximidades de Hortigüela, donde se filmó el momento más espectacular de la película: la voladura del paso de Langstone. Los más devotos añoran resucitar también ese elemento. «Somos realistas, construir el puente en sí es imposible, sería muy caro y complicado poner de acuerdo a todas las administraciones que deben dar los permisos. Pero sí creemos que algo se podría hacer...», deja caer García, entusiasta.

La cuarta localización tiene gancho de por sí. Se trata del Monasterio de San Pedro de Arlanza, reconvertido para la ocasión en la Misión de San Antonio. Patrimonio vela hoy por el cuidado del que fue uno de los centros monásticos más importantes del reino de Castilla y trabaja ahora en rescatar sus orígenes.

Más allá del vínculo con ‘El bueno, el feo y el malo’ este monumento evidencia la riqueza de la zona que con intervenciones como las citadas se afana por incrementar su catálogo de atractivos. Se añaden los de su pasado como ‘estrella’ del cine a una larga lista de parajes naturales de excepción, ruinas con historia, restos prehistóricos y tradiciones arraigadas.