Villarcayo. Punto neurálgico de la gran comarca de Las Merindades
La localidad burgalesa ofrece una gran riqueza arquitectónica entre sus calles / Su entorno natural se puede disfrutar a través de cortas rutas circulares
La llegada de la Vuelta Ciclista a España a Villarcayo, con una de las grandes etapas de montaña que tendrá final en el Picón Blanco, es una buena oportunidad para conocer Villarcayo, una de las grandes localidades del norte de la provincia de Burgos, en la extensa, rica y bella comarca de Las Merindades.
Villarcayo de Merindad de Castilla La Vieja, su nombre completo, está atravesado por el río Nela, y se ubica en un privilegiado valle entre la Cordillera Cantábrica y la Meseta Central. Celtíberos, autrigones y cántabros, sobre todo en la zona de Cigüenza (Segontia Paramica) ocuparon esta villa, de la que no se han encontrado vestigios relevantes de la ocupación romana.
Fue el doctor Mendizábal, enviado por Felipe II como juez de residencia y justicia, el que nombró en 1560 al pueblo de Villarcayo ‘Capital de las Siete Antiguas Merindades’. Un recorrido por Villarcayo permite conocer el valor de su arquitectura civil, lo que hizo que en el año 2007 fuese declarada Bien de Interés cultural por el valor de su conjunto histórico. Dentro de los espacios que destacan de Villarcayo está la Plaza Mayor, un notable ejemplo de urbanismo rural tradicional del norte de Castilla.
Destaca la torre del reloj, que data del siglo XVI, ubicada en el edificio de los juzgados. Las casonas blasonadas son otro de los tesoros arquitectónicos de Villarcayo. Ubicadas en la calle de Santa Marina, solo se conservan las casas de las familias Díez Isla y Danvila, las dos de los siglos XVII y XVIII. Un incendio durante la Segunda Guerra Carlista arrasó la gran mayoría de estos inmuebles.
Dentro de los lugares de interés de arquitectura religiosa, hay que hacer una parada obligada en la iglesia de Santa Marina, que tomó el relevó a la levantada en el siglo XVII, que fue derribada. Se trata de un templo moderno, de los años 70 del siglo pasado. Obra del arquitecto José Luis Gutiérrez Martínez, desde fuera ofrece la visión de una gran tienda de campaña. Su idea se inspiró en las palabras de San Juan «Y acampó entre nosotros» (1,14). Sus vidrieras son de una gran belleza. Son obra del artista zamorano Luis Francisco Prieto Blanco «Quico» (1932-2008).
A las afueras de Villarcayo se puede visitar la ermita de San Roque, reconstruida en el año 1784 sobre la anterior ermita. El altar, dedicado a San Roque, se construyó en el siglo XIX. Las posibilidades de ocio y entretenimiento que ofrece Villarcayo son muy amplias. Uno de sus espacios de esparcimiento más reconocidos es El Soto. Es un espacio natural, a orillas del río Nela, con zonas de baño naturales, espacios verdes, así como instalaciones infantiles y áreas de descanso.
En el entorno de Villarcayo y de sus pedanías hay una extensa red de senderos de pequeño recorrido que permiten conocer el entorno. En concreto, hay siete rutas circulares, todas ellas homologadas por la Federación de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León. Son la Senda de la Canaleja, de 9,5 kilómetros; Miradores del Nela, de 13,8 kilómetros; Llanos de Castilla la Vieja, de 15,5 kilómetros;️Senda de Peña Horrero, de 16 kilómetros; Caminos de Villazorana, de 13,2 kilómetros; Senda del Rebollarejo, de 18,6 kilómetros y Senda de la Rad, de 10,5 kilómetros.