TROTABURGOS
Villasana de Mena, el corazón del Valle
En el norte de la provincia, la localidad es el centro neurálgico de un territorio lleno de historia, naturaleza y arte
Desde la capital hay que recorrer 109 kilómetros para llegar a Villasana de Mena. Un viaje hacia el norte que merece la pena. La localidad está situada entre prados siempre verdes y crestas calizas. Es el centro de valle, un lugar que atesora rincones llenos de naturaleza, iglesias románicas unidas a la leyenda y retazos de la historia de Castilla. Situada en las merindades, entre el Valle de Losa, la Junta de Traslaloma y Merindad de Montija, limita al norte con la comarca vizcaína de Las Encartaciones y al oeste con el cántabro Valle de Soba. El Valle de Mena es el municipio con más entidades locales menores de la provincia, con 43 pedanías.
Un lugar que guarda vestigios de la cultura megalítica, de calzadas romanas que cruzaban el valle, formó parte del Reino de Asturias y fue uno de los territorios originales de Castilla. En la localidad de Taranco de Mena, en su antiguo monasterio dedicado a San Emeterio y San Celedonio, nos dicen las crónicas que se escribió por primera vez la 'Castilla'.
Villasana fue proclamada Villa por Alfonso VIII en el siglo XII cuando se configuró el caserío del conjunto histórico. De aquella época guarda su trazado de tres calles largas paralelas y un entramado de vias transversales que todavía hoy se adivinan. Cuentan las crónicas que fue un siglo más tarde cuando Villasana de Mena pasó a ser dominio de la poderosa familia de Los Velasco. Tomaron el sitio y alzaron la muralla con la Torre de los Salazar para defender el sitio. Fue el centro de las guerras por el poder de las diferentes Casas, los reyes y los nobles que pugnaban por el territorio por ser un lugar codiciado, debido a su situación estratégica y bonanza económica.
En la guerra de la Independencia fue atacada duramente por los franceses que entraron desde Bilbao y Santander. Durante los siglos XIX y XX, Mena quiso dejar Burgos para unirse a Vizcaya. Durante la guerra civil española quedó en zona republicana, al contrario que el resto de la provincia de Burgos. En la actualidad continúa siendo el centro administrativo y donde se concentran muchos de los servicios del valle.
El conjunto histórico de Villasana está formado por una calle principal, la de El Medio, y dos paralelas a esta, la Encimera y la Bajera o Nueva. Vías que, a su vez, están cruzadas por tres callejas y en cuyo centro se encuentra la Plaza de Santa Ana.
Dentro del conjunto destacan la Casa Fuelle, construcción popular de los siglos XIV-XV en entramado de madera, el Palacio de Sancho Ortíz de Matienzo, palacio mudéjar construido a finales del siglo XV, principios del XVI por este menés ilustre. Comparte época con el Convento de Santa Ana, mandado construir por el Matienzo, enclavado en la plaza que lleva su nombre.
Todavía se alza en Mena la Torre de los Velasco, levantada a principios del siglo XV. Conserva aún la puerta de entrada y varios vanos, saeteras y pequeños escudos familiares. Tanto el palacio como la torre están declarados BIC en 1991 y 1949, respectivamente.
Otro de los símbolos del municipio es la iglesia de Nuestra Señora de las Altices, la cual fue construida sobre una ermita en el siglo XIX. Destaca su medio relieve románico sobre la Adoración de los Reyes Magos, el cual fue traído desde los restos de la antigua iglesia situada en lo alto de la villa y que a día de hoy se conserva en perfecto estado.
El resto del valle merece una visita tranquila para descubrir sus tesoros. Son muchos los que se encuetran diseminados entre las verdes pradera, Torres señorales, bellas iglesias como la de Santa María de Siones o Vallejo de Mena, el Santuario de Cantonad que cuida el valle, las riberas del río Cadagua.
Un viaje que realizaremos en otra ocasión.