TROTABURGOS
Frías. Enamorados de la ciudad más pequeña de España
Esta localidad del norte de la provincia es el corazón de un territorio cargado de historia, naturaleza y arte
Los argumentos para visitar Frías son tan abundantes que puede que estas líneas se queden cortas para enumerar todos ellos. Si aún no conoce la ciudad más pequeña de España, aquí puede encontrar razones para visitar este enclave con tanta historia como valores medioambientales. Y si hace años que no recorre sus calles empedradas y libres de tráfico, pues anímese porque seguro que le vuelve a sorprender.
Frías fue el primer pueblo burgalés en sumarse a la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España, un colectivo creado en 2011 para promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población. Este es uno de sus títulos más recientes, que se suma a la declaración de Bien de Interés Cultural en 2005, pero destaca por otro mucho más antiguo. El rey Juan II de Castilla le otorgó a la villa en el siglo XV la categoría de ciudad para poder intercambiarla por Peñafiel con el conde de Haro.
Entre sus lugares de interés está su castillo levantado sobre una roca, desde donde se dominan unas vistas espectaculares del Valle de Tobalina, aunque para llegar hasta allí primero habrá podido contemplar el espectáculo del puente medieval. Este último es uno de sus monumentos más valiosos y está considerado como uno de los puentes fortificados más importantes de España. Su origen fue de construcción romana y fue reconstruido varias veces en la Edad Media hasta llegar hasta nuestros días.
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Las mejores obras del concurso de pintura de Frías llegan a Burgos
El Correo de Burgos | El Mundo
Fue una vía de comunicación imprescindible desde su creación, ya que permitió comunicar la Meseta con la costa Cantábrica. Bajo el puente puede admirar el paso del río Ebro a ratos tranquilo cuando llega la época estival, pero capaz de desatar las alarmas en los momentos de crecida.
En la lista de imprescindibles están las casas colgadas. Si se accede por el lado sur a la ciudad podrá disfrutar de unas magníficas vistas de estas construcciones, de toba y madera, que se asoman desde lo alto de La Muela, una gran roca sobre la que se asienta la parte alta de la localidad. Precisamente, desde esa zona podrá admirar también estas viviendas desde el conocido mirador de las casas colgadas.
La ciudad de Frías conserva una parte importante de su muralla con la puerta de Medina, la más cercana al Castillo, la puerta del Postigo en las inmediaciones de la iglesia de San Vicente y la puerta de la Cadena, unida al paseo de Ronda y que era considerada la puerta principal de acceso a la localidad.
La iglesia de San Vicente Martir es otro de los monumentos de interés. Está situada junto al cortado rocoso, en la parte alta de la ciudad y en el otro extremo del castillo. De pórtico románico, hoy trasladado al Museo de Claustros de Nueva York, y con tres retablos: el del Cristo de las Tentaciones (barroco), el de la Soledad y el Mayor (neoclásicos). Es admirable la capilla de la Visitación, resguardada por exquisita reja de forja y con un retablo del siglo XVI del pintor Juan de Borgoña y dos sepulcros de ornamentación plateresca.
La traza primitiva fue románica, pero ha llegado hasta nosotros con una extraña mezcla de estilos, ya que, por ejemplo, tras la caída de su torre en 1906 se levantó una nueva.
Frías conserva otros ejemplos de patrimonio eclesial destacados. Está la iglesia de San Vitores, la ermita de Nuestra Señora de la Hoz y los conventos de San Francisco y de Vadillo, estos dos últimos forman parte del entramado urbano.
Y aunque hemos comenzado este texto haciendo una pequeña mención a su imponente Castillo, ha llegado el momento de hablar de esta construcción defensiva con más detalle. Su historia se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Situado sobre una peña que domina el valle, es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, y consiguió un gran valor estratégico.
Comenzó a tener más importancia al pasar a manos del rey Alfonso VIII en 1201 y si recorre las calles de esta ciudad, merece la pena que reserve un tiempo para visitar este espacio y fotografiar las vistas que se obtienen desde allí.
Hasta aquí esta exposición de motivos que buscan ser una excusa para animar a nuestros lectores a acercarse hasta Frías, en el corazón del Valle de Tobalina. Un lugar donde vivir experiencias y explorar la historia de Castilla.