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Suárez, obligado a insistir en que la Ribera mantendrá la sede de su DO

El presidente de la Diputación reafirma su intención de convertirla en un emblema del territorio en conjunto «o vendrán desde fuera a reivindicarlo». PSOE y Vox reclaman más información y Sentir Aranda, a la defensiva

Borja Suárez interviene en el debate del estado de la provincia y responde a las críticas de Sentir Aranda.SANTI OTERO

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Burgos

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Deliberado o no, el anuncio del presidente de la Diputación, Borja Suárez, de convertir a la capital burgalesa en piedra angular de la Denominación de Origen Ribera del Duero marcaba el arranque del debate del estado de la provincia celebrado hoy. Tanto es así que la representante en el Pleno de la formación Sentir Aranda, Belén Esteban, dejaba a un lado la intervención que tenía prevista para arremeter, «indignada» con dureza contra esta decisión, en la línea de lo expresado vía comunicado por el alcalde de la capital ribereña, Antonio Linaje, del mismo partido.

La también edil arandina se lanzaba a criticar la «ocurrencia» de Suárez que, a su juicio, evidencia que está «a otras cosas que no son los pueblos de menos de 20.000 habitantes» y que «no presta atención al sur de la provincia». «Hoy vienen a por la joya de la corona», clamaba, para recordar que la Denominación de Origen Ribera del Duero es más que una etiqueta, «es un emblema» que aglutina a empresas, fija población y atrae turismo. «¿Cómo va a explicar a todos los ciudadanos vinculados con los recursos que genera esta seña de identidad que quiere llevársela?», se preguntaba Esteban, momento que aprovechó Suárez para cortar su intervención con ánimo de aclarar algunos extremos de su propuesta que, entendía, se había malinterpretado. Se veía, pues, obligado a insistir en que la Ribera mantendrá la sede de su DO

Advertía, de hecho, en ese punto que acababa de mantener una conversación con el propio Linaje en la que, creía Suárez -algo que a tenor de la nota difundida dos horas después por el alcalde de Aranda no debió ser así-, haber acercado posturas tras las explicaciones oportunas. Insistía al respecto el presidente de la Institución Provincial que la idea recoge precisamente las demandas del sector «para potenciar las denominaciones de origen Ribera del Duero y Arlanza y proteger sus bodegas, en beneficio de toda la provincia». Se trata, prosiguió, «de lanzar un mensaje de unidad, de reivindicar lo nuestro, porque si no vendrán otros a hacerlo», añadía, para resaltar que, en la actualidad, «la capital del vino es Valladolid y no Burgos».

Indicaba al respecto que durante la promoción realizada en la Vuelta a España han constatado esta realidad, lo que animaba a los responsables políticos de la provincia y la capital a reclamar ese espacio, habida cuenta de que «un 70% del vino de Ribera del Duero se produce en territorio burgalés».

Suárez concretó que esta apuesta pasaría por potenciar el consumo responsable de vino de calidad, vincular los planes de empleo con el sector, cuidar el patrimonio relacionado con este ámbito -con ayudas específicas a los barrios de bodegas- o definir medidas que permitan dirigir a los turistas que llegan a Burgos capital a la comarca ribereña y a la del Arlanza, «para conocer un producto turístico que sea determinante, que permita a los pueblos de la zona fijar población y generar riqueza», continuaba, antes de llamar a dejar de ser «provincianos» en un tema «tan importante». «Tenemos que crear lazos y compartir recursos para potenciar las grandes marcas de la provincia», como Burgos Alimenta y las dos denominaciones de origen en cuestión.

No contentó la interrupción ni la explicación a Esteban, que mantuvo la teoría del agravio: «Sumar no es centralizar, ni mucho menos descapitalizar, que es lo que buscan», para concluir que la propuesta de Diputación era una «puñalada».

En idénticos términos se pronunciaba poco después su compañero de formación, el regidor de Aranda, pese a la charla mantenida con Suárez al respecto y pese a que textualmente el presidente de la Diputación asegurara la víspera que «las sedes de las denominaciones están bien donde están y Aranda es la ciudad del vino y lo seguirá siendo». Linaje entraba en pánico y, a última hora de la mañana, aseguraba haber mantenido «conversaciones con los alcaldes de los principales municipios de la Ribera, en sus cuatro provincias, así como otras instituciones relacionadas con el sector vitivinícola».

No pasaban por alto los portavoces de los otros dos grupos políticos de la oposición, PSOE y Vox, este asunto. En ambos casos optaban por la prudencia y evitaban utilizar el anuncio de Suárez como arma arrojadiza en el Pleno provincial.

Eso sí, tanto Ángel Martín, de la formación verde, como la socialista Nuria Barrio, reclamaron al equipo de Gobierno ‘popular’ liderado por Suárez información sobre los planes relacionados con esta capitalidad del vino.

El representante de Vox aseguró «atisbar» la pretensión «y puede que no sea mala, pero necesitamos conocer más para saber de qué va y decidir si apoyamos o no este proyecto».

Fue esta la única coincidencia de su discurso con el de la diputada del PSOE, que criticaba además que la oposición haya tenido que enterarse por la prensa de lo que, a priori, «no parece una idea descabellada». «Lo que suma y abunda no daña», añadía para entender que son necesarias sinergias que consoliden a Burgos como referencia en este sector, «pero hay que hablarlo con sosiego», insistía.

Marcaba, por tanto, la capitalidad del vino un debate que, por lo demás, transcurrió por las veredas de sobra conocidas. El PP optaba por desmenuzar la labor ordinaria y extraordinaria de cada área para dibujar un horizonte halagüeño, el PSOE defendía con ardor la aportación del Gobierno de la nación al desarrollo provincial y recriminaba el recorte de partidas clave como los planes provinciales y la falta acuciante de personal -con un 35% de puestos vacantes- que «hace que todo vaya al ralentí». Vox relataba los problemas a los que, en su opinión, se enfrenta el territorio, tales como la falta de inversión en infraestructuras ferroviarias o la «explosión de parques eólicos y fotovoltaicos que destruyen la naturaleza y ahuyentan a la población».

Sentir Aranda hizo además hincapié en las carencias de cobertura móvil. «Un 20% de la provincia carece de 5G», lamentó.