El agua embalsada en Burgos, en niveles históricos: el sistema Arlanza logra el segundo mejor registro en 25 años
El incremento del caudal en los embalses de Burgos por la climatología favorable eleva las reservas 15 puntos por encima de la media. Los embalses de Burgos comienzan el año hidrológico con niveles récord de agua almacenada
Embalse de Úzquiza, en el curso alto del río Arlanzón.
El sistema Arlanza se encuentra al inicio del año con que los embalses almacenan agua al 66% de su capacidad, un nivel que no solo supera en 15 puntos la media de los últimos diez años, sino que se convierte en el segundo registro más alto de los últimos 25 años, gracias a las recientes lluvias.
En el contexto de la cuenca del Duero, a la que pertenece el sistema Arlanza, los datos son igualmente prometedores. La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) reporta un almacenamiento total de 1.637,2 hectómetros cúbicos, equivalente al 57,3% de la capacidad total de los embalses. Este nivel se sitúa casi 14 puntos porcentuales por encima de la media de la última década y 7 puntos más que hace un año.
Un otoño que ha marcado la diferencia
El cierre del año hidrológico anterior, el pasado 30 de septiembre, situó los embalses de la cuenca al 47,3% de su capacidad. Sin embargo, la climatología favorable registrada en los meses de octubre y noviembre ha permitido una notable recuperación de los niveles de agua embalsada. Este comportamiento no solo ha sido clave para el sistema Arlanza, sino también para otros sistemas de explotación en la cuenca del Duero.
El río Arlanzón, en el corazón de Burgos, convertido en un espectáculo natural cautivador después de las lluvias en la cuenca alta.
En este sentido, los sistemas Carrión y Pisuerga, aunque geográficamente distantes, reflejan una tendencia similar. En el Carrión, el volumen actual alcanza los 105 hm³, el más alto en 25 años, mientras que en el Pisuerga, los 179,9 hm³ almacenados representan el tercer mejor registro en el mismo periodo.
El sistema Arlanza, que abastece a importantes áreas agrícolas y poblacionales, se beneficia de una situación de reserva hídirca que, aunque depende en gran medida de la climatología, ha permitido garantizar niveles de agua superiores a la media en la provincia de Burgos.
Este inicio favorable del año hidrológico en Burgos no solo asegura un horizonte prometedor para la campaña de riego de 2025, sino que también pone de manifiesto la resiliencia de los sistemas locales ante los retos climáticos. El agua embalsada es, en este sentido, una pieza esencial para sostener tanto las actividades agrícolas como las necesidades urbanas e industriales de la región.
La mirada al futuro
El futuro inmediato dependerá de cómo evolucionen las precipitaciones durante el invierno y la primavera, estaciones decisivas para consolidar estas reservas y planificar la próxima campaña hídrica. En el caso de la provincia de Burgos, la atención de la Confederación del Duero estará centrada en el sistema Arlanza y en su capacidad de mantener estos niveles, asegurando así la estabilidad hídrica en un territorio donde el agua no solo es un recurso vital, sino un motor para la sostenibilidad y el desarrollo.