RÍOS DE LA PROVINCIA
Río Nela: el brazo del Dios escultor y arquitecto que configura el paisaje de Las Merindades
J. C. R. / Burgos
La provincia de Burgos tiene una particularidad única en el aspecto hidrológico ya que es el único territorio que vierte sus aguas a los tres mares que rodean a la Península. Los ríos que se donan al Duero van al océano Atlántico; los que lo hacen al Ebro, al mar Mediterráneo y hay varios ríos en el norte de la provincia que lo hacen al mar Cantábrico. Una característica, ésta del territorio burgalés que la convierte en muy particular.Son los ríos, precisamente, los que configuran el clima de la provincia. El del norte de Burgos es un clima húmedo, con temperaturas suaves, tanto en invierno como en verano. Toda la comarca de Las Merindades se asemeja a Cantabria, Asturias o País Vasco por su climatología. Mientras, el centro de la provincia es más extremo, mucho frío en invierno y temperaturas altas en verano, dulcificadas por el viento del nordeste. El sur burgalés no difiere demasiado del centro y presenta un clima similar, aunque el desagradable Cierzo se deja sentir menos.
Un clima que viene determinado por la influencia de las aguas y los ríos. En el norte reina uno de los grandes ríos peninsulares, el Ebro. Algunos de sus afluentes, como el Nela y el Trueba, configuran este territorio de Las Merindades de Castilla la Vieja.
El río Nela es uno de los cauces más bellos de la provincia de Burgos. Desde su nacimiento en Busnela, en el extremo nororiental de Las Merindades, en los Montes de Somo en el término de Merindad de Valdeporres, y desemboca en el río Ebro en las proximidades de Trespaderne, tras un recorrido de 75 kilómetros, dibuja un paisaje de una tremenda plasticidad. El Nela es el río por excelencia de la comarca y tiene su capital en el centro administrativo de la comarca, Villarcayo de la Merindad de Castilla la Vieja, que ese es su nombre completo.
Atraviesa algunas localidades bellísimas como Puentedey. La imagen de este pueblo es una de las más conocidas de la provincia de Burgos; la enorme peña horadada por la fuerza de las aguas es un prodigio de la naturaleza. Y es que alguna fuerza telúrica socavó en la roca un paso natural por debajo del cual pasa con salero el Nela.
Sobre el ‘puente de Dios’ vive el pueblo. Sus casas, alguna de ellas blasonada, nacen de la misma roca. La vegetación es agreste y generosa, como lo es el río Nela que atraviesa desde el norte ya hacia el sur el puente natural.La Mea
Muy cerca de Puentedey se abre los canales de Dulla. Entre Puentedey y Quintanilla Valdebodres se precipita la cascada de La Mea. A 400 metros de la carretera, en un paisaje de robles y encinas, un intrincado camino conduce hasta una enorme peña de la que se desprende un chorro de agua que va a dar al Nela.
El río se abre camino por las inmediaciones de Brizuela. Camina muy cerca del trazado del ferrocarril del olvido, el Santander Mediterráneo. Serpentea el Nela tanto como lo hacen las vías del tren que pasa y sobre pasa decenas de veces por encima del río. Escanduso, Escaño, Salazar, Cigüenza y Villarcayo.
En la capital de la comarca, al río Nela le obligan a remansarse. Allí, en el Soto, los vecinos de la localidad se pueden dar un baño porque está acondicionado para ello. Alimentan al Nela ríos y arroyos como La Brenón, de los Cobatos y Cortemoro, en la zona de Busnela, en su nacimiento, junto al arroyo del Sollondón; río de La Engaña en Santelices; arroyo de Cogullos en Puentedey; Trueba en Moneo; arroyo de Trancos y del Molino en Pradolamata y el Gorrión en Nofuentes.Engaña
En el otro margen el arroyo de la Gándara en Quintanabaldo; de Los Berzales, en Villacomparada de Rueda y de la Herradura, en El Vado.
El Engaña merecería un capítulo aparte por dos razones: de un lado los terrenos que cruza bajo los Montes de Somo, por las cercanías de Pedrosa de Valdeporres y San Martín; de otro su significación histórica, junto al famoso túnel inacabado de La Engaña que iba a facilitar la comunicación entre Cantabria y la Meseta con el Santander Mediterráneo. Pero todo aquello fue una historia con principio, pero sin final. O quizá sí tuvo final; y dos antes que uno: el olvido y la muerte.