Marta Domínguez, una embajadora de garantía mundial para la Ribera

LORETO VELÁZQUEZ / Moradillo de RoaUn año más, llega el momento que todos los viticultores esperaban: la vendimia, el fruto de muchos esfuerzos que aspiran su recompensa en una cosecha de calidad. No ha sido fácil y este año, la inestabilidad climatológica ha marcado la incertidumbre de una cosecha que a pesar de todo se prevé bastante buena.Es la fiesta grande de la Ribera del Duero, un homenaje a los sentidos de una tierra que huele a uva pero también a tradición, a historia y a legado. Para celebrarlo, la Diputación escogió este año a Moradillo de Roa que se encargó de organizar una jornada festiva en la que los vecinos se volcaron con la decoración para que todo resultase perfecto. Y lo fue, pese al frío de la mañana. En total, unas cuatrocientas personas disfrutaron y recordaron antiguas tradiciones como el pisado manual de la uva.En este sentido, la Consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, Silvia Clemente, que protagonizó el pregón, recalcó la importancia de una tierra que con su esfuerzo y tesón ha hecho del arte de la viticultura un negocio próspero. «La Ribera del Duero es sinónimo de vinos de calidad. Representa al perfecto ejemplo de cómo el esfuerzo y el trabajo bien hecho de profesionales agrarios y de empresarios han convertido al vino en un instrumento de desarrollo que contribuye a la fijación de la población en el medio rural, generando riqueza y empleo».El resultado, resumió, más de 8.000 viticultores y 286 bodegas «que sustentan este modelo de calidad» que crece y que en los últimos años se ha posicionado en el segundo puesto a nivel nacional entre todas las denominaciones españolas. «Pese a la crisis, mantienen el incremento de sus ventas y siguen ganando cuota de mercado», apuntó Clemente.Un discurso respaldado por el alcalde, Enrique Mayor Lazuén quien recordó las palabras de Albert Einstein, «los momentos de crisis son momentos de oportunidades». «Aprovechémoslos para salir fortalecidos», animó.Por su parte, el presidente de la Diputación, Vicente Orden Vigara resaltó el éxito de Ribera del Duero, pero también subrayó la trayectoria de los vinos de Arlanza, ya que juntos se «pueden convertir en un motor de riqueza y de creación de empleo para la provincia».La jornada tuvo además rostro de mujer de la mano de la atleta palentina Marta Domínguez quien fue distinguida como Bodeguera de Honor, un título que se otorga a personalidades relevantes con el fin de contar con excelentes «embajadores» de los vinos. Se reconoce así la trayectoria de una deportista de elite que ha paseado el nombre de Castilla y León por todo el mundo.Con un discurso breve, la deportista palentina expresó su agradecimiento y asumió el compromiso de servir como embajadora de los vinos de Ribera al comparar el cuidado de la vid con la vida y la preparación de un deportista de elite. «Ambos tenemos que superar las circunstancias adversas», comentó.