Talavante y Jiménez, a hombros en el cierre del abono de la feria de Aranda
Enfibrada faena del extremeño frente al tercero, el mejor toro de la tarde
IÑIGO CRESPO / ArandaLa falta de clase de la corrida de Víctoriano del Rio marcó un final de fiesta donde Alejandro Talavante y César Jiménez salieron a hombros. El extremerño por entender y enfibrarse con un toro que hizo tercero que tuvo movilidad y aunque no siempre se empleó por abajo, fue el mejor de la corrida. Y César Jiménez por tirar de oficio y raza frente a dos toros que marcaron mucho las querencias y sin celo.La faena de Talavante tuvo peso. Labor encadenada de inicio, de severo rigor y notable encaje por las dos manos. De apertura una de naturales que marcó la primera parte de la obra. Atendía el toro a los toques y a los cites. Sin apretarle el extremeño, le ligó seguidas cinco tandas, alternándose de pitón.Abundantes los derechazos, largos los naturales. Puso mucho Talavante, para gobernar y dominar. Para administrar. De cuatro y cinco muletazos cada tanda. El tramo final fue más atrevido y por tanto más fastuoso. Los cambios de mano y ritmo, una regiomontana, otra capeina y las manoletinas de cierre. Abrochó con una buena estocada y cayeron las dos orejas. No acertó a matar con prontitud al deslucido e incómodo sexto, por lo que la pericia del extremeño quedo en nada.César Jiménez toreó con temple al primero, un toro que apretó para adentro. El de Fuenlabrada le aplicó la receta de la muleta por delante, para consentirle y lograrle tres tandas de buena continuidad. Sigue en la edición impresa