Ocio e investigación en el primer centro de interpretación de los aromas

LORETO VELÁZQUEZ / ArandaRecordamos el 5% de lo que vemos, el 2% de lo que oímos, el 1 % de lo que palpamos, el 15% de lo que degustamos y el 35% de lo que olemos. Y sin embargo, el olfato es uno de los sentidos menos utilizados a pesar de que los olores nos acompañan a lo largo de nuestra vida.Así, los hay que perfuman, los hay que nos transportan a épocas pasadas y sensaciones ya olvidadas, pero también los hay que matan y que incluso, curan.Con el objetivo de adentrarse en este apasionante mundo de los sentidos, la localidad burgalesa de Santa Cruz de la Salceda inauguró ayer sábado el primer centro interpretativo de los aromas, un espacio de 200 metros cuadrados, cuyo recorrido, –parecido al de una casa-, ofrece la oportunidad de descubrir, aprender y disfrutar. Por ello, el itinerario es libre. «Queremos que la gente toque, sienta», explica la directora, Concha Vargas, quien espera recibir al año 45.000 visitas. «No existe en España ningún museo de este tipo, siendo hasta la fecha la primera iniciativa en Europa que desarrolla de manera integral el mundo de los aromas», recalca.Pero el museo va más allá del plano lúdico y la investigación cobra un protagonismo propio. «Contamos con los mejores investigadores españoles en la materia, como científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas, la Sociedad Española de Otorrinolaringología, (con dos de los mejores especialistas en nariz, los doctores Toledano y Haro), y el catedrático de ingeniería química israelí, Abraham Tamir, fundador del Museum of Art&Science, que ha publicado un estudio en el ‘Journal of Craniofacial Surgery’  sobre la relación entre determinados tipos de nariz y la personalidad de quienes las poseen», destaca.Del mismo modo, el proyecto cuenta con los creadores españoles de la nariz artificial más pequeña del mundo. «En la actualidad, en el Hospital Neurológico Universitario Reina Sofía de Madrid, se practican pruebas con esta nariz artificial y se ha descubierto, que diez o quince años antes de que aparezcan enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer, lo primero que ocurre es que dejamos de oler», explica Vargas.Marketing olfativoBajo esta perspectiva, el museo albergará proyectos de interés como el marketing olfativo de los comercios, la mejora de los aromas en hospitales, o la relación entre la capacidad olfativa y determinadas enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. «El museo editará mensualmente una revista con los resultados de las distintas investigaciones», anuncia.Y como no podía ser de otra manera, la dirección cuenta con el apoyo de la Once. «El museo va a suponer un destino fantástico para todo tipo de discapacitados».En total, su puesta en marcha supondrá la creación de tres puestos de trabajo.