Aumentan las visitas a bodegas pero baja la hostelería en Ribera del Duero
Ruta del Vino firma un convenio con la agencia de turismo por internet rumbo.es
AGENCIAS / Aranda
La gerente de la Ruta del Vino de Ribera del Duero, Cristina Prat, ha asegurado que se está apreciando en la zona un crecimiento de las visitas a bodegas, mientras bajan la actividad de restaurantes y alojamientos de la zona, especialmente de lunes a viernes.
Aunque todavía no hay datos formales y el verano es una época fuerte para el turismo en la zona de la denominación de origen, Prat ha afirmado que a simple vista se aprecia como las visitas a las bodegas de la zona siguen aumentando, mientras los restaurantes y alojamientos sólo mantienen una actividad alta los fines de semana.
En su opinión , esta situación es el «caldo de cultivo» ideal para aumentar la colaboración de todas las actividades relacionadas con el turismo en la zona, que aspira a «ser algo más que un destino de enoturismo». Cristina Prat ha dado por cerrada la primera fase de la implantación de la Ruta del Vino en la Ribera del Duero, en la que el objetivo se centraba en las bodegas de la zona.
El año pasado había 49 bodegas en la asociación y ahora ya son 57, pero, además, los datos apuntan a un crecimiento del número de turistas, con 115.000 visitas a bodegas de la Ruta del vino en 2011, un 35% más que el año anterior.
Para la gerente de la asociación, e ha dado un paso más con la firma de un convenio de colaboración con la agencia de turismo por internet «rumbo.es». El objetivo es que la zona deje de ser un lugar sólo para visitar bodegas y ofrecer paquetes completos de actividades enfocados a diferentes segmentos de posibles turistas.
«Las bodegas son un buen esqueleto», ha explicado Cristina Prat, que ha apuntado la necesidad de completar esta oferta con otras que ya están disponibles en la zona, como alojamientos, gastronomía y ofertas de turismo de aventura o en relación con el medio ambiente. En su opinión, es necesario que todos los empresarios del sector turístico se den cuenta de que trabajan para una misma marca, que es común a todos ellos, porque no son competencia.
Para Cristina Prat, parte de esta estrategia, encaminada a diversificar la oferta de la zona y alargar la estancia media, guarda relación con la «desmitificación del mundo del vino».
Ha apuntado que actividades como los cursos de iniciación a la cata contribuyen a que el vino deje de ser algo elitista y pase a ser algo cotidiano, que no intimide a quienes se quieren acercar a este mundo.
Para la gerente de la Ruta del vino, centrar el atractivo turístico de la zona sólo en las bodegas sería «un error» porque, salvo en el caso de expertos, los turistas visitan una o dos bodegas y con ello se hacen una idea de cómo se elabora el vino. El objetivo, ha explicado, es que alarguen su visita varios días y decidan volver en el futuro, pero para eso hay que plantear que hay una oferta muy amplia en toda la zona y adaptar esa oferta a sus necesidades con paquetes para familias con niños, para parejas, o para jóvenes que buscan más actividad.