La Ribera del Duero se abre al riego por los estragos de la sequía
El riego subterráneo se alza como alternativa para los viticultores al ahorrar agua y fertilizantes
La sequía impone cambios en el campo y en el viñedo. Si antes hablar de riego en Ribera del Duero “sonaba a chino”, porque nadie regaba y muchos pensaban que afectaba de forma negativa a las viñas, ahora la tesitura ha cambiado. “Se han roto tabúes y recibimos muchísimas solicitudes”, explica Javier Martínez, consultor de agronegocio de Azud, una empresa afincada en Murcia que trabaja en 100 países.
En España opera por todo el territorio, incluida Castilla y León y la Denominación de Origen Ribera del Duero. En cifras, el agua se nota. “En un cultivo como el almendro de secano un año como este puede darte 300 kilos por hectárea mientras que con riego, la producción puede llegar hasta a los 3.000 kilos/hectárea. En el viñedo, donde la producción está limitada, el riego puede suponer un incremento del 30%. Es mucho dinero”, advierte.
El riego por goteo actual ha evolucionado al riego subterráneo. “A diferencia del riego tradicional por goteo superficial, el riego enterrado ofrece importantes ventajas como ahorrar agua, ya que, al incidir directamente en la zona de las raíces y no ir por superficie, no hay evaporación y se reduce el consumo de agua. Además, al no regar en superficie no salen malas hierbas”, argumenta sin olvidar el problema que suponía el riego por goteo, que al ir colgado por los alambres en las formaciones de viñas en espaldera, suponía un riesgo añadido en mantenimiento por el paso de pre-podadoras y vendimiadoras. “Todos esos problemas han desaparecido con el riego subterráneo”.
Con el nuevo sistema, asegura, no hay roturas porque va con unas barreras que lo protegen para que no pueda entrar nada.
Útil en caso de heladas o granizo
Junto al agua, el riego por goteo tiene otra utilidad a tener en cuenta. “Se puede utilizar también para meter correctores, en caso de heladas o pedriscos, y la propia nutrición de la planta para que vaya directamente a la raíz”, señala convencido de que con el riego por goteo en el subsuelo “ahorras muchos nutrientes y la planta responde antes que con un fertilizante de fondo”. “Al final ahorras agua y fertilizantes; dos factores importantes en la rentabilidad de un cultivo”, apunta sin olvidar el beneficio medioambiental.
Diferencia de precio
El riego subterráneo se puede instalar tanto en viñas en espaldera como en vaso. “No hay ningún problema”. En cuanto al precio, la diferencia entre un riego por goteo superficial y uno enterrado supone un 15 o 20% extra con el sistema más actual.
A pie de campo, el riego subterráneo se puede poner en casi todas las parcelas excepto si no hay suficiente profundidad de suelo o tiene demasiada piedra. En las laderas “no pasa nada porque son goteros especiales que llevan una membrana interna para que aporten siempre la misma cantidad de agua y de forma uniforme, aunque haya pendientes”. “Luego el agua puede venir de un rio, una balsa, un pozo… basta tener una caseta para meter el cabezal de filtrado y abonado, la bomba y el programador para automatizar la red de tuberías y goteros y manejarlo de una forma autónoma con el móvil”, concluye el experto.