Eduardo, panadero rural: "repartimos en 8 pueblos y vamos a diario. Aunque nieve como con Filomena"
Eduardo defiende un oficio que fija población en la España Vaciada
Eduardo es uno de esas piezas del engranaje que hacen que la vida en el mundo rural sea un poco más fácil. Aunque su panadería, El Gaitero, está en Sotillo de la Ribera (Burgos), con su furgoneta reparte en 8 pueblos más: Pinillos, Terradillos de Esgueva, Vituelda, Gumiel del Mercado, La Aguilera, Gumiel de Izán y Valdeande. También deja pan en varios puntos de Aranda de Duero y nunca falla. “Vamos todos los días, incluso cuando nevó tanto con Filomena. Cogimos el todoterreno y a nadie le faltó pan”, asegura sin olvidar la pandemia. “Seguimos yendo porque es un servicio con el que cuentan los vecinos en su día a día”, subraya convencido de que los panaderos de pueblo “ayudamos a fijar población en el mundo rural”.
Él es la tercera generación de una familia panadera que siempre ha mantenido la misma filosofía. “Mis padres, Víctor y Teo, se han dedicado a esto toda la vida y yo, aunque siempre les he ayudado, antes era electricista. Hace diez años, cuando ellos ya se jubilaron, decidí dar el paso y seguir con la panadería”.
Aunque con el paso de los años, la despoblación hace mella, y “cada año notamos que hay menos vecinos”, el invierno se compensa con la gente que llega en verano.
Para llegar a todo tiene a 7 personas contratadas. “Unos se quedan en la panadería de Sotillo y dos hace las rutas. Tenemos dos: una por Pinillos, , Terradillos de Esgueva, Villatuelda y Gumiel de Mercado y la segunda, por Gumiel de Izán, Gumiel del Mercado, Valdeande y La Aguilera. “Aquí trabajamos todos los días, de lunes a domingo, pero al hacer turnos tenemos nuestra libranza y se lleva bien”.
En el obrador, donde cada mañana hacen el pan, la jornada comienza a las 5 de la mañana. “Hacemos pan, madalenas, tortas de dulce, de chicharrón y pastas y a la gente les gusta mucho”.