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Belarmina. Víctima de okupas a los 75 años. “He llamado hasta al 016”

La Guardia Civil echa a una pareja con dos menores que se habían instalado de forma ilegal en la casa de una mujer de 75 años en Castrillo de la Vega / “Me ha pedido perdón pero no hay derecho. Esta es la casa de mis padres, y deberíamos estar en un país donde se proteja la propiedad privada"

Imagen de la casa okupada en Castrillo de la VegaECB

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Aranda

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Belarmina tiene 75 años y hoy ha vivido uno de sus peores días, al descubrir que unos okupas han invadido su casa del pueblo, en Castrillo de la Vega (Burgos).

 “Cuando me han llamado los vecinos esta mañana al móvil, estaba llegando con la compra a la casa que tengo en Terradillos de Esgueva y ni he metido las cosas en la nevera. He soltado las bolsas, he cogido el coche y he empezado a llamar corriendo a todos los números que se me ocurrían… fíjate cómo estaba que he llamado hasta al 016”.

El revuelo en el pueblo ha sido inmediato “porque es algo que en esta zona nunca se ha visto”. De hecho, han sido los vecinos los que le han alertado de la ocupación. “Menos mal que me han avisado. Cuando me han llamado por la mañana me han dicho que se metieron ayer por la noche, porque vieron luz”, explica nerviosa.

Al llegar al pueblo lo ha comprobado: en la casa en la que vivieron sus padres se había metido una familia con dos hijos que no conoce para nada. “La casa tiene dos entradas, porque una parte era tienda y han debido pegar una patada”.

Aunque los ocupas han intentado convencer a la Guardia Civil diciendo que llevaban una semana y que además tienen dos niños menores de edad, para poder evitar cualquier expulsión, el testimonio de los vecinos ha sido demoledor. “No llevaban una semana; entraron ayer por la noche por lo que por Ley se les podía echar”.

Según explica la víctima, se da la circunstancia de que el abuelo de estos okupas vive a apenas 50 metros de la casa ocupada. “Me ha pedido perdón pero no hay derecho. Esta es la casa de mis padres, y deberíamos estar en un país donde se proteja la propiedad privada y no tengamos que estar todo el día pensando en si van a entrar o no, porque yo aquí vengo cuando quiero que para eso es de mi familia”.

Es una casa familiar que tras fallecer sus padres está en manos de los hermanos, que en estos momentos se encuentran tramitando el reparto de la herencia. “Por suerte no han roto nada”, celebra consciente de que aunque es una casa vieja, es una casa llena de recuerdos.

Otros casos de okupas

Lo cierto es que aunque el fenómeno okupa es algo anecdótico en la comarca de la Ribera, sí se han dado casos. En Aranda de Duero, unos okupas se metieron en uno de los edificios de la céntrica plaza Mayor, apenas a unos metros del Ayuntamiento. Entonces, los okupas no solo eligieron el piso que más se ajustaba a sus gustos, también pintaron paredes de negro, con grafitis y lo que más daño hizo a la familia: rompieron todas las fotos familiares, algunas centenarias.

También en Aranda, esta vez en el populoso barrio de Santa Catalina, una familia tuvo que esperar 7 largos meses tras sufrir una ocupación de un matrimonio con dos hijas. Cuando recuperaron la casa, estaba destrozada. También los rosales que con mucho esmero dejó la madre antes de fallecer.