JUAN ANTONIO MARTÍN. ALCALDE DE FUENTECÉN
«En Diputación dicen que gastamos mucho para fiestas, pero a la gente hay que darle alegría»
Carpintero de profesión, lleva al frente del municipio desde 2015. Durante un tiempo dudó en volver a presentarse, pero dos proyectos que aún no ha podido materializar le comen. «Espero contar con ayuda», apremia
Pregunta- Fuentecén, ¿es de los pueblos que crecen?
Respuesta- Bueno, vamos con altibajos. Cuando comencé como alcalde en 2015 éramos 215 y ahora estamos en 235, pero vamos que como todos los pueblos tenemos siempre la amenaza de la despoblación.
P.- Tras ganar las elecciones municipales del pasado mes de mayo, ha revalidado la Alcaldía con 77 votos que le han dado 4 concejales al PSOE, más uno del PP. ¿Qué balance hace de estos últimos años de gestión?
R.- Hemos hecho muchas cosas, se arregló la tubería de aguas sucias desde el pueblo hasta el río, poniendo una depuradora. Se ha hecho la pista de balonmano, de baloncesto, de pádel y el frontón; se han arreglado calles y plazas como la plaza de Santa Ana, y luego hemos puesto también un parque infantil en el pinar que es una atracción para los pueblos de la zona.
Por otro lado, remodelamos las antiguas escuelas para dar cabida al consultorio médico, enfermería, la asociación de la tercera Edad, una de mujeres rurales y un centro de juventud.
P.- ¿Hay mucha gente joven?
R.- No pero en verano esto se multiplica por 4. Tenemos una semana cultural importante y la verdad es que está muy animado siempre.
P.- Cuente, cuente…
R.- La semana cultural empieza el 14 de agosto con el concurso de tortillas y los días 16 y 17 hay partido de pelota mano, con cuatro profesionales. El 18 hacemos una marcha nocturna, bien andando o corriendo. Para los que se quieran apuntar deben hacerlo en la web del Instituto de la Juventud de la Diputación de Burgos. Yo les aconsejo que lo hagan ya porque el 1 de agosto sube la inscripción a 15 euros.
P.- El 19 llega una de las tradiciones: la fiesta de las mujeres y la de los hombres.
R.- Es algo muy de aquí pero luego se juntan todos (ríe).
P.- La fiesta sigue el día 20.
R.- Por supuesto. Ese día tenemos una gran paellada, el año pasado tuvimos 550 personas comiendo. Lo hace el Mesón Los Arcos y para sacar el ticket hay que ir al bar La Sociedad o dirigirse a cualquier concejal. Cuesta 8 euros, y luego hay música y juegos para niños.
El lunes, día 12 hay una fiesta familiar con juegos infantiles, hinchables, circuito de coches y fiesta de la espuma. Esto es de 12.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas. También hay un campeonato de tute y un partido de futbito entre solteras y casadas.
P.- El 22 llega otro de los momentos más originales: la gymkana del terror.
R.- Es muy divertida. Se apagan todas las luces del pueblo y es como jugar al escondite… hay personas disfrazadas… está muy bien.
P.- El miércoles, la magia cobra el protagonismo.
R.- Hay una sesión infantil en la Casa de Cultura, antes de la gymkana infantil y luego por la noche se hace la gala de magia ya pensando más en mayores.
El jueves, tenemos un taller de cerámica y por la noche, la imposición de bandas a reina y rey, que aquí damos oportunidades a todos, y el pregón, que este año corre a cargo de la fotógrafa Victoria Díez Arranz. La noche se completa con el play-back y la discomóvil, hasta que el cuerpo aguante.
Ya como cierre el viernes organizamos la tradición Misa y procesión en honor a San Mamés y Santa Ana y un vermut para todos. Como ves son fiestas muy completas.
P.- ¿Qué presupuesto manejan para fiestas?
R.- El presupuesto anual, que incluye la semana cultural, las fiestas de mayo y Reyes rondan los 40.000 euros. En Diputación nos dicen que gastamos mucho para fiestas pero a la gente hay que darle alegría y que se lo pase bien. Ya está el año bastante difícil para todos.
P.- ¿Por qué decidió volver a presentarse a las elecciones municipales?
R.- Porque me han quedado dos cosas por hacer que me gustaría rematar. Una es rehabilitar la Casa cuartel, que antes era una ermita, y transformarla para eventos como bodas, comuniones o cumpleaños. Por otro lado, está el nuevo pozo de agua, que necesitamos muchísimo porque al estar en la vega, el agua muchas veces se contamina por los sulfatos y nitratos del campo. Eso por no hablar del gasto de luz que nos supone… Ahora ya tenemos la subvención y solo estamos a la espera de recibir el ok de la Confederación Hidrográfica, para empezar las obras.
P.- En los últimos años se han quejado de la atención sanitaria.
R.- Estábamos bastante abandonados. Venía un día a la semana y cuando venía, pero ahora afortunadamente, no sé si por la guerra que hemos dado, tenemos médico, Isabel, tres días en semana y también servicio de enfermería. Estamos encantados.
P.- ¿De qué vive Fuentecén?
R.- La mayor parte de la labranza. Luego también hay empleo en las cuatro bodegas: la cooperativa San Mamés, Ontañón, Bodegas Hemar y el vino ecológico de Negón. Además tenemos una gasolinera con restaurante y bar histórico La Sociedad, que ha cumplido 120 años.
P.- ¿Cómo van de servicios?
R.- Tenemos farmacia, Caixa, el restaurante de la gasolinera, los bares, una carnicería y luego nos traen vendedores ambulantes un poco de todo.
P.- Hace una década la entonces alcaldesa, en un intento de atraer nuevos vecinos, impulsó la donación de parcelas de 500 metros cuadrados para todo aquel que fijase su residencia en Fuentecén. El único requisito para acceder a esta suculenta oferta era hacerse cargo de la urbanización del terreno y asumir los gastos corrientes que cualquier vivienda genera, como el agua, la luz o el gas. ¿Funcionó?
R.- Lamentablemente no. Al principio hubo cierto tirón pero al final no se hizo.
P.- Terminemos la entrevista con un debate que lleva años sobre la mesa. ¿Debe o no cobrar un alcalde de pueblo?
R.- Yo creo que sí, pero tampoco algo exagerado; una pequeña aportación para cubrir sobre todo los gastos, que al final se acumulan y sale del bolsillo de uno. El problema es de dónde sale el sueldo. ¿La Diputación va a estar dispuesta? Porque muchos ayuntamientos no tienen capacidad. Yo por ahora me conformo con que la administración trate a todos los pueblos por igual, independientemente del color político.