Aranda tendrá que derribar una parte del centro de Arte Joven para adaptarse al nuevo PGOU

Junto a la rehabilitación forzada por un problema estructural del tejado, el Centro de Arte Joven de Aranda tendrá que hacer frente a un problema añadido. Y es que, en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que se aprobó en marzo de 2023, hay 22,39 metros cuadrados de edificio que no se ajustan y que tendrán que ser derribados.

Así lo confirma la concejala de Urbanismo, Ana María Hervás, quien descarta hacer una modificación puntual del PGOU por el exhaustivo proceso administrativo que implica. “Se delimitará la esquina para adaptar el edificio al nuevo Plan”, afirma.

Por el momento y conscientes del quebranto que supuso para el anterior gobierno descubrir, tras una reforma de 175.000 euros, que un problema con el tejado inutilizaba el espacio hasta nueva orden, el Ayuntamiento ha contratado a una empresa con el fin de analizar todos los daños del edificio y evitar nuevas sorpresas.

Según explica Ana María Hervás, el Ayuntamiento de Aranda ha sacado a concurso público la licitación con un precio de salida de 35.193 euros. La empresa que resulte elegida, entre las 9 que se han presentado, deberá hacerse cargo tanto de la inspección técnica como del proyecto básico y de ejecución de reforma integral. Es decir, de todo el proyecto menos la ejecución de obras. “El expediente está en Contratación. Cuando se adjudique se conocerá la cifra exacta”, puntualiza a sabiendas de que las empresas siempre suelen presentar como mejora una rebaja económica.

Hasta que se realice una obra que aún no tiene plazos, el programa juvenil se seguirá organizando en la planta baja del albergue municipal, un edificio inutilizado desde su cierre, hace más de una década, y que según avanzó el concejal de Juventud, Carlos Medina, no se adjudicará hasta que el programa juvenil tenga un espacio garantizado.

Hay que recordar que su ubicación original era el Centro de Arte Joven, junto a la nueva Concejalía de Juventud, en la Bajada del Molino. Sin embargo, la grieta que apareció en el edificio a finales de marzo de 2023 cambió su destino. En un primer momento el anterior equipo de gobierno, que lideraba Raquel González, optó por el parque de la Isla pero con las elecciones y la llegada del invierno había que pensar en un plan B.

A la hora de elegir la planta baja del albergue, el nuevo equipo de gobierno formado por Sentir Aranda, Podemos-Izquierda Unida y Ciudadanos tuvo en cuenta la ubicación, el espacio y la zona deportiva anexa, que está dando mucho juego a los jóvenes.

Adolescentes

Mientras el Ayuntamiento hace sus deberes, los adolescentes de Aranda han dicho un claro ‘sí’ a un programa que contabiliza cada día entre 200 y 300 menores.

La empresa encargada de su funcionamiento es Arte de Lata y según especifica el contrato, abre todos los viernes y sábados de 19.30 a 23.00 horas. “Este fin de semana tendremos un taller de Rap el viernes, y un taller de automaquillaje el sábado”, anima el encargado, Miguel López.

Un proyecto con nombre y apellidos

Aunque es un programa nuevo, lleva muchos años gestándose. Los ideólogos iniciales del proyecto fueron: el político e historiador, Máximo López Vilaboa (del Partido Popular), y el artista y director del Museo y la Escuela de Cerámica, Miguel Martínez Delso.

La idea surgió, según recuerda el propio Máximo, en la legislatura 2003- 2007 cuando Ángel Guerra era alcalde. “Empezamos a ver que la Escuela de Cerámica se había quedado pequeña y había que ampliarla a otras disciplinas artísticas. Por eso se empezó a hablar de un Centro de Arte Joven, en el que se pudiera englobar a todo lo relacionado con la creación artística: artes plásticas, música, teatro...”, señala con la vista puesta en el viejo edificio del Molino, que entonces se empleaba como almacén de la Brigada de obras. “Era una pena que algo tan céntrico se desaprovechase así”.

Con el cambio electoral llegó el PSOE con Luis Briones como alcalde y el concejal de Juventud, Sergio Ortega, que también fue clave en la continuidad de un proyecto que no fue fácil, al tener que lidiar entre otros retos con un tejado, que se hundió en parte y por primera vez en 2008. En la última etapa fue Emilio Berzosa, con la alcaldesa del PP, Raquel González, el encargado de dar el último empujón.

El centro de Arte Joven de Aranda de Duero abrió por fin sus puertas en marzo de 2022. Más allá del arte, su objetivo principal era dar respuesta a los jóvenes, un colectivo que lleva años olvidado, condenado a deambular por las calles, de banco en banco, ante la falta de alternativas de ocio ya que cerraron las únicas dos opciones que tenían: el antiguo centro juvenil de la Caja de Burgos y más recientemente la bolera, un espacio muy demandado que cerró sus puertas en marzo de 2020, tras 31 años abierto.

El sueño se truncó, casi sin dar tiempo a usar el espacio, en marzo de 2023 cuando una grieta alertó de un problema de carcoma en el tejado que se ha convertido en estructural. Para su arreglo, el nuevo equipo de gobierno de Sentir Aranda ha reservado en la propuesta de Presupuestos, un total de 700.000 euros. Ahora habrá que ver qué pasa si no se aprueban las cuentas.

Historia

Aunque se conoce como Centro de Arte Joven, la historia de este edificio supera los 90 años. Comenzó siendo una fábrica de harinas hacia 1931. En 1997 dio un giro cuando fue adquirido por el Ayuntamiento para servir de escuela taller municipal como centro docente. Concluida esta etapa pasó a formar parte de la Concejalía de Juventud, sirviendo para actividades de la Escuela Municipal de Cerámica y como Espacio Joven.

Según consta en el proyecto de 2017, el espacio iba a ser un escaparate de la creación artística y cultural de las asociaciones y colectivos juveniles de la ciudad, que diese dinamismo a la juventud “como referente de la vida social arandina”. “Se persigue que el Centro de Arte Joven sea un proyecto abierto a todas las inquietudes juveniles, donde el dinamismo y la polivalencia figuren como inspiradores, y tengan cabida la música, las artes escénicas, las proyecciones, el ocio saludable, la reflexión y la divulgación cultural, y todo ello presidido por un prisma juvenil”, defendía la memoria técnica del proyecto.

La teoría llevada a la práctica se traducía en una serie de recomendaciones, pero no todas llegaron a cumplirse. Así, aunque se hizo un escenario para acoger conciertos musicales y representaciones teatrales, para una capacidad de entre 300 y 400 espectadores, no se adaptaron cuestiones básicas como la sonorización y la iluminación. Por otro lado tampoco cuenta con una barra de bar o una pequeña cocina, como aconsejaba el dossier, ni cumple con la Ley de Accesibilidad, ya que aunque se dejó la preinstalación para un ascensor a día de hoy la única forma de subir a la primera planta es utilizando la escalera.

En el informe de 2017 que el Ayuntamiento utilizó para solicitar un taller de empleo se advertía además de la necesidad de “revisar y asegurar la impermeabilización del tejado”, algo que no se hizo en la última reforma.