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La hostelería de Roa sufre una oleada de robos

El alcalde va a pedir permiso a Subdelegación del Gobierno para instalar cámaras de seguridad en los accesos

El bar Mírame es uno de los bares afectados por los robosNoelia

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Aranda

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Dos robos esta semana que suman cuatro en los últimos 15 días. La hostelería de Roa está sufriendo una oleada de robos sin precedentes y “como llueve sobre mojado” el Ayuntamiento estudia ya las opciones para instalar cámaras de seguridad en los accesos al municipio. “Hace quince días robaron en dos establecimientos hosteleros y esta semana, el lunes y el miércoles, ha vuelto a ocurrir. A diferencia de otras ocasiones van por las tragaperras y aunque no causan grandes destrozos la gente está muy preocupada”, confirma el alcalde raudense, David Colinas.

Decidido a poner solución, el alcalde va a retomar un proyecto que ya tenía sobre la mesa para instalar cámaras de seguridad en los accesos a Roa. “Creo que es la manera de poner coto a esta situación de inseguridad que se ha generado aquí y se está repitiendo en otras localidades, como al parecer ha pasado ahora en Peñafiel”, afirma.

Aunque el problema se ha agravado, no es nuevo. “Yo ya tenía una memoria, por encima, de lo que nos podría costar instalar cámaras de vigilancia”, señala con la mirada puesta en un presupuesto cercano a los 30.000 euros, “pero todo depende de las cámaras que pongas”. “Voy a encargar un estudio actualizado”, informa.

Al tratarse de zonas públicas, el Ayuntamiento tiene que pedir permiso a Subdelegación del Gobierno. “Es un proyecto que ya teníamos en mente pero vamos a agilizarlo porque este problema está adquiriendo tintes preocupantes”, admite.

Según el informe de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso el alcalde, aún no se sabe si se trata de una banda organizada. Lo que sí está claro es que trabajan muy rápido y deben ser profesionales porque apenas causan daños. “La investigación está abierta”, asegura con la esperanza de que el trabajo de la Guardia Civil de frutos pronto.

Una de las víctimas de los robos de esta semana ha sido el bar Mírame. “Es la cuarta vez que nos roban en cuatro años”, lamenta Noelia Sanz.

En esta ocasión solo han reventado la máquina tragaperras. Y es que la anterior fue mucho peor. “Esa vez nos dejaron el bar como un solar. Se llevaron todo: la máquina tragaperras entera, la del tabaco, la registradora y un ordenador. Luego apareció todo reventado y vacío en un camino aquí de Roa”, recuerda.

Las cámaras les grabaron

Aunque instaló en el bar alarma y cámaras de seguridad no le ha valido como método disuasorio, pero al menos les ha grabado. “En el video se les ve perfectamente, pero claro, van tapados de arriba abajo, con pasamontañas y guantes y la linterna en la cabeza”, lamenta.

Según se observa en las imágenes, los ladrones saben dónde van y tienen muy claro el objetivo. “No dudan al entrar, van directos”, señala.

Ella lo tiene claro: “está muy bien que el Ayuntamiento ponga cámaras, pero lo que necesitamos de verdad es que haya más presencia de la Guardia Civil porque estamos desprotegidos completamente”. “No podemos estar con 6 agentes para toda la comarca. Si no refuerzan estamos vendidos”, advierte.

Junto al bar ella regenta con su marido también una discoteca. “Hace un mes y pico tuve un problema con un hombre, que me tuvo una hora sin dejarme salir de la discoteca. Llamé a la Guardia Civil pero tardó una hora. Me podía haber hecho cualquier cosa”, lamenta a sabiendas de que las agresiones “están a la orden del día”.

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La tensión es máxima. “Me están dando ganas de cerrar la discoteca porque tengo miedo”, asegura.

Noelia y su marido regentan el bar Mírame y la discoteca pub Metal. “El bar lo abrimos a las 11.30 horas y lo solemos cerrar a las 23.00 horas, mientras que la discoteca la abrimos viernes y sábado desde las 3 de la tarde hasta las 7 de la mañana. Normalmente nos apañamos los dos pero si hay jaleo cogemos algún extra”, explica convencida de que si la Guardia Civil contase con un mayor número de agentes, el simple hecho de patrullar espantaría a los ladrones y violentos. “Aquí hace diez años estábamos en la gloria, pero ahora trabajamos en continua tensión”.