Aranda vivirá el miércoles una nueva tractorada del campo

Decididos a seguir luchando por un campo con futuro, Aranda de Duero vivirá el miércoles, 14 de febrero, una nueva tractorada con la que esperan superar los 600 tractores que participaron en la primera protesta del pasado día 6.

A los promotores iniciales, la plataforma independiente de agricultores y ganaderos y el sindicato Unión de Campesinos (UCCL), se unen en este reto el resto de asociaciones agrarias presentes en la Ribera del Duero, como la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). “Vamos a seguir reivindicando por nuestros derechos”, asegura el promotor de la plataforma independiente, Eloy Miguel Navazo, un joven agricultor de Vadocondes que ha logrado movilizar a la Ribera en una manifestación histórica.

A falta de recibir el permiso de Subdelegación del Gobierno, la movilización del miércoles partirá del kilómetro 158 de la A-1, en la salida de Aranda a Valladolid. Todavía se desconoce el recorrido y si afectará al caso urbano de Aranda. La concentración inicial tendrá lugar a las 10.00 horas en la calle Vendimia del polígono Prado Marina.

Mañana martes, como anticipo, los agricultores y ganaderos se desplazarán en autobús hasta el puerto de Santander, donde pretenden cortar los accesos durante toda la jornada.

En su opinión, “sobran los motivos”, empezando por la restrictiva Agenda 2030 y siguiendo por la competencia desleal de los productos que llegan de terceros países, fuera de la Unión Europea, y que rompen el mercado con sus precios bajos y unos productos que “no cumplen ni de lejos los rigurosos controles que sí cumplimos nosotros”. “Ni las condiciones laborales son las mismas ni la calidad lo es porque ellos usan productos para las plagas que aquí llevan prohibidos más de 20 años por ser cancerígenos”, rechaza.

Eloy pone como ejemplo sus patatas. “Los costes de producción este año han subido y están en torno a 20 céntimos por kilo pero a nosotros nos las pagan a 25 céntimos cuando luego en el supermercado el consumidor las compra a 1,20 euros/kilo. Es casi un 500% de subida, no es lógico”, denuncia consciente de que la cadena se rompe por los intermediarios y “las grandes superficies que compran y distribuyen”. “Se necesitan más controles”, añade desde UCCL, Daniel Maestre.

Y es que, la PAC en teoría compensa las pérdidas de los agricultores para que el consumidor no pague un precio alto, “pero en la práctica cada vez es menos dinero”. “Con todo lo que penaliza es una miseria”, denuncia desde Asaja, Sergio García.