La obra de los Jardines de Don Diego sube de precio y sufre un nuevo retraso
Según el segundo modificado finalizará como tarde en el mes de noviembre de 2024
Debía terminar en junio, pero la obra de los Jardines de Don Diego va a sufrir un nuevo retraso, y ante la necesidad de aprobar un segundo modificado los trabajos se podrán alargar durante un periodo extra de 5 meses. Con este nuevo cálculo, la obra podría retrasarse hasta, como muy tarde, noviembre de 2024.
El retraso implica tiempo pero también más dinero porque a los 2.400.000 euros que el Ayuntamiento presupuestó en el momento de la adjudicación hay que sumar los 60.756 euros del primer modificado y lo que vaya a costar el segundo. Según explica la concejala de Obras, Ana María Hervás, la suma de los modificados nunca puede superar el 10% del total por lo que no podrá elevarse más allá del 7%.
Ribera
La piscina cubierta de Aranda abrirá en septiembre con nuevos servicios y condiciones
Loreto Velázquez
Aunque la concejala de Urbanismo recuerda que “son proyectos heredados de la anterior legislatura”, entiende y comparte la preocupación de los vecinos. “Somos conscientes de la incidencia que esta obra, como todas las obras públicas, tienen en el día a día de los ciudadanos”, lamenta consciente de que en este caso la situación se agrava por la coincidencia en el tiempo con la obra de rehabilitación del puente Bigar y la instalación de la Red de Calor.
Hay que recordar que en su día ya hubo un primer modificado. Entonces se debió a dos razones principales. Por un lado, ante el riesgo de afectar a las bodegas subterráneas que hay bajo los Jardines, Patrimonio exigió un estudio pormenorizado y un escaneo láser del entramado bodeguero, que como en el resto de la ciudad está declarado Bien de Interés Cultural.
El segundo motivo llegó con una red de saneamiento que no coincidía al 100% con los planos. Tocaba realizar un recalculo para interaccionar con las redes existentes y con la instalación de una red de calor que en teoría debía haber estado antes de iniciar la obra de los Jardines.
Sin embargo, el primer modificado no fue suficiente y a lo largo de la rehabilitación se han descubierto otras circunstancias que obligan a dilatar la obra y a recalcular el presupuesto.
Pero, ¿por qué es preciso este segundo modificado? Según argumenta la concejala, se debe a “múltiples factores” empezando por la reordenación del entorno de la plaza que añadió el nuevo equipo de gobierno de Antonio Linaje, para conservar la mayor cantidad de arbolado existente, así como la eliminación de uno de los dos carriles de coches proyectados en la zona del restaurante Ciprés y la supresión de los contenedores soterrados, para dar a la plaza una estética “más de jardín y más centrada en los peatones”.
Otra de las circunstancias que explican este nuevo modificado es la red de alumbrado y unos cambios que, aconsejados por el equipo técnico del Ayuntamiento, afectan tanto a las luminarias perimetrales como de la propia plaza por unas bombillas led “de mayor rendimiento y menos consumo”.
Además, la conservación de la histórica fuente obliga a tomar medidas extraordinarias tanto por el estado del vaso como por la distancia que lo separa de la galería de las bodegas subterráneas, tras comprobar que están a menos profundidad de lo que estaba previsto en el proyecto. “Vamos a intentar recuperar la fuente en el estado más original posible, no el que teníamos sino el que había al inicio de los inicios”, señala decida a salvaguardar toda la parte monumental que rinde tributo a la figura de Diego Arias de Miranda.
Existencia de indefiniciones y errores del proyecto
Por último, el modificado pretende subsanar “la existencia de indefiniciones y errores del proyecto”, como las rejas de las zarceras que “no están homologadas”, o equívocos en los perfiles longitudinales.
En su opinión, uno de los primeros errores en los que incurrió la empresa adjudicataria, y el anterior equipo de Gobierno de Raquel González, fue pensar que se podía hacer esta obra tan relevante en un plazo de diez meses, sin cerrar el tráfico y manteniendo en lo posible la movilidad de los peatones. “Pecaron de optimistas”, afirma.